Juan Curuchet aterrizó en la Argentina con una idea fija: encontrarse con su hijo Martín. Es que del aeropuerto de Ezeiza al predio de River en la zona no hay más de cinco minutos de viaje, y Martín es jugador de la Cuarta División del club de Núñez. El abrazo que se prodigaron Juan, de 43 años, y Martín, de 20, fue tan emotivo como el momento en que el ciclista y su compañero Walter Pérez recibieron la medalla en el velódromo chino de Laoshan.

“Mi viejo se merece todo esto por el esfuerzo que hizo –señaló el pibe–. Se le nota en la cara lo contento que está. Yo estoy orgulloso.” “Estamos tocando el cielo con las manos –aceptó el medallista–. Vivimos un momento hermoso. Lo más lindo que te puede pasar es compartirlo en familia y tener un hijo que te admire. Siempre hay que soñar con cosas buenas.” Diego Simeone lo invitó al clásico del domingo contra San Lorenzo y Curuchet aceptó pese a que es reconocido hincha de Boca.

Curuchet contó luego que supo que podía ganar la medalla de oro en la especialidad Madison de los Juegos “al ver que nosotros estábamos enteros y los demás pasaban con la boca abierta”, graficó. “Ya cuando hicimos el calentamiento nos dimos cuenta, sentíamos que las piernas se nos iban a salir y los músculos calentaban muy bien”, explicó. “La estrategia en carrera fue sacar una ventaja inicial y después aguantarla cuando nos atacaran todos los equipos. Para aguantarla pusimos esa garra, todo eso que tenemos los argentinos. A los europeos no les gusta nada que los sudamericanos les ganemos una medalla. Esta vez la buena forma física que teníamos nos permitió pensar.”

El marplatense admitió que, con el éxito olímpico, tuvo “el mejor retiro que se puede tener” y comentó que terminará su etapa como corredor con “algunos compromisos en el país con los organizadores de carreras, para cumplirle a la gente que me ayudó con el gasoil o pagándome algún pasaje, gente a la que le debo”. Luego elogió “la inteligencia de Walter, que además de ser un excelente corredor es muy importante táctica y técnicamente porque sabe ver muy bien las dificultades que tienen los demás”.

Pérez tendrá que buscarse un nuevo compañero para Londres 2012. “Hay muchos buenos corredores en la Argentina, material humano y ciclista, pero hay que planificar todo. Además, hay que convivir mucho: en estos días estuvimos más juntos con Juan que con nuestras mujeres.”