Félix Daniel Frascara fue un referente fundamental en esto de escribir sobre deportes. Fue director de El Gráfico hacia las décadas del 40 y del 50 y tenía una teoría bastante particular sobre la personalidad de muchos de los deportistas de alto rendimiento en disciplinas individuales. Frascara insistía en que había ciertas cuestiones vinculadas con comportamientos medio inexplicables en varios de los que eran tenistas, golfistas, esgrimistas, remeros (singlistas), golfistas, jinetes y que competían en el alto nivel. Pese a los años transcurridos, sus dichos no parecen haber sido demasiado desacertados.

Por estos días, ya garantizada la realización de la final de la Copa Davis entre Argentina y España en nuestro país, toda la cuestión gira alrededor del escenario, o por mejor decir y escribir, alrededor de la localidad en la que se jugarán los partidos contra los españoles.

Los jugadores locales prefieren superficie rápida y jugar bajo techo. Pero David Nalbandian propone la ciudad de Córdoba y Juan Martin Del Potro, Mar del Plata. Por ser Nalbandian oriundo de Unquillo y Del Potro de Tandil. E insisten con el tema. Como si Córdoba fuese para Del Potro la cancha central de Wimbledon y Mar del Plata para Nalbandian el estadio Louis Armstrong de Flushing Meadows.

Resulta atendible que se proponga una determinada superficie y también que se opte por un lugar cerrado, pero imaginar que uno u otro será más “local” en Mar del Plata o en Córdoba no hace más que refrendar con creces la teoría de Frascarita.