Martes, 7 de octubre de 2008 | Hoy
EL PAíS › LA JUSTICIA DICTó LA FALTA DE MéRITO PARA EL JEFE Y SUBJEFE DE LA MARINA POR ESPIONAJE ILEGAL
El juez federal de Rawson, Hugo Sastre, consideró que necesita más tiempo para evaluar la prueba aportada por la defensa de la cúpula de la Armada. Procesó, en cambio, al almirante Luis De Vicenti y al capitán Carlos Ruda, entonces jefes superiores de los espías.
Por Nora Veiras
El jefe de la Armada, Jorge Godoy, se mantiene a flote: el juez federal de Rawson, Hugo Sastre, le dictó ayer la falta de mérito en la causa que lo investiga por espionaje ilegal. Con la misma decisión benefició al subjefe, Benito Rótolo. El fallo implica que por ahora no hay pruebas para procesar a la cúpula de la Marina. En rigor, el juez argumentó que necesita más tiempo para evaluar decretos, resoluciones y leyes aportadas por la defensa. El fiscal Fernando Gelvez tiene tres días para decidir si apela la sentencia. En el Edificio Libertad no podían ocultar el beneplácito que les provocó la noticia. Un pronunciamiento en contrario dejaba a Godoy y a Rótolo en el desfiladero del pase a retiro. Ahora confían en que ningún otro escándalo se desate antes de fin de año para hacer un traspaso ordenado del mando.
El magistrado extendió la falta de mérito al ex jefe de la Base Almirante Zar de Trelew, capitán Luis Fajre. En cambio, el almirante Luis De Vicenti y el capitán Carlos Ruda, ex jefes de la Aviación Naval y de la Central Principal de Inteligencia del Comando de Operaciones Navales, con sede en Puerto Belgrano, fueron procesados sin prisión preventiva y se les trabó un embargo de mil pesos a cada uno. El fiscal Gelvez había pedido la semana pasada el procesamiento de estos cinco jefes navales por el delito de “abuso de autoridad, con modalidad de continuado”, en una de las dos causas por el espionaje ilegal en Trelew.
En la denuncia realizada por el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) al almirante Godoy se lo acusa de haber impartido “órdenes o instrucciones a sus subalternos a fin de que éstos desarrollen tareas de inteligencia del modo expresamente vedado en la ley de inteligencia y especialmente a los organismos de inteligencia militar. Dichas tareas de inteligencia ilícita consistieron en la recopilación, análisis, procesamiento y distribución de información –de fuentes públicas o propias– en forma sistemática y habitual, sobre distintas circunstancias del quehacer político y social”. En los allanamientos realizados por la Justicia en la base de Trelew se encontraron carpetas con fotos e información sobre la ministra de Defensa, Nilda Garré; el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, organizaciones de derechos humanos, familiares y sobrevivientes de la Masacre de Trelew y hasta de integrantes de la comunidad árabe.
En su defensa Godoy argumentó que las órdenes que impartió se basaban en decretos y resoluciones vigentes desde la última dictadura que recién se derogaron en el 2006. Al mismo tiempo, junto a Rótolo consiguió hace diez días un fallo favorable de la Cámara Federal porteña para que la parte de la causa que los involucra se tramite en la Capital Federal. Los camaristas consideraron el argumento teniendo en cuenta que los delitos investigados se habrían cometido en distintos puntos del país y no sólo en Chubut. El planteo puede derivar en un conflicto de competencia que siga postergando definiciones y les habilite más tiempo a los imputados.
El inicio de la investigación se remonta al 17 de marzo de 2006 cuando el Cels acompañó la denuncia del cabo Carlos Alegre, integrante del grupo de inteligencia de la Base Almirante Zar, que se negó a cumplir órdenes de espionaje ilegal. De inmediato, la ministra de Defensa separó a los jefes de Inteligencia y de Operaciones Navales de la Armada, además de ordenar un sumario interno y el cierre de las dependencias de inteligencia en todas las bases de la fuerza. En la Justicia doce marinos fueron procesados y ayer se sumaron De Vincenti y Ruda.
La segunda causa se inició a principios de este año a partir del hallazgo del “Plan Básico de Inteligencia Naval 201, edición 2005”, encontrado en los archivos de la base de Trelew y refrendado por Godoy. El plan, en línea con las directivas del Pentágono, hacía referencia a “amenazas asimétricas” y habilitaba áreas de inteligencia en temas como terrorismo y narcotráfico, entre otros. La defensa del jefe de la Armada y su segundo desvinculó las directivas de ese plan de inteligencia de los seguimientos y otros actos de espionaje ilegal investigados en Trelew. Por ahora, la cúpula de la Marina respira aliviada: un procesamiento los hubiera asimilado al desenlace del ex jefe del Ejército Roberto Bendini, quien tuvo que dejar el cargo al conocerse un fallo en ese sentido por peculado.
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