Lo que se presentía ayer se oficializó: Pablo “Vitamina” Sánchez dejó de ser el técnico de Central. Empujado por los malos resultados, y sobre todo por la goleada 4-1 que su equipo sufrió el último viernes ante Racing, el técnico debió dejar su cargo luego de que los dirigentes de la institución rosarina lo despidieran, tras nueve partidos dirigidos, en los cuales sólo obtuvo dos victorias, dos empates y cinco derrotas (cuatro en las últimas fechas). “Me voy con una sensación de angustia porque los resultados no fueron los esperados y nunca pensé que me iban a tocar momentos tan difíciles en el club”, sostuvo el entrenador. Gustavo Alfaro es el principal candidato para reemplazarlo, aunque no se descarta que la dirigencia vaya a buscar a Julio Falcioni.

“Yo quería seguir, ellos (por los dirigentes) me pidieron que renunciara y les dije que no. Pero quiero aclarar que no era por la indemnización o el contrato. Porque de palabra había pactado que iba a cobrar solamente hasta el último día que dirigía”, aclaró Sánchez, que se mostró algo molesto con la Comisión Directiva de Central. “Me hubiera gustado que (el presidente) Horacio Usandizaga me diera la mano para despedirse de mí por todo lo que pasamos juntos, en las prácticas, concentraciones y partidos”, dijo. Aunque reconoció que su salida “era algo previsible ante los malos resultados, ya que son las reglas de juego”.

Ayer por la mañana, el ex volante ofensivo pasó a despedirse de sus dirigidos y les agradeció “por estar hasta el último momento” a su lado. Además se mostró bastante esperanzado en tener revancha. “Siempre voy a estar a disposición de la institución porque soy hincha de Central”, y luego de esa frase, se despidió. Sánchez ya tendría un reemplazante, Gustavo Alfaro, que se reunirá hoy con el presidente y otros dirigentes del club.