El bonaerense Víctor Emilio Ramírez (90,050 kg) ganó ayer el título interino de los cruceros en la versión de la Organización Mundial de Boxeo al vencer por nocaut técnico al final del noveno round al zurdo uzbeco Alexander Alekseev (90,160kg) en pelea realizada en Düsseldorf, Alemania.

Ramírez, de 24 años y conocido en el ambiente boxístico como el “Tyson del Abasto” por haberse entrenado en sus primeros tiempos como profesional en el gimnasio que Daniel Scioli tenía en su casa de aquel barrio porteño, llega a ser campeón interino de una categoría que, en realidad, todavía no tiene un campeón regular. Quien lo era, el inglés David Haye, renunció a la corona para pasar a los pesados. Y como al galés Enzo Maccarinelli no le consiguieron un rival para poder cubrir la vacante, la OMB, a la espera de novedades, sancionó un interinato entre Alekseev, 2º en el ranking crucero, y Ramírez, 7º en la clasificación. Ahora habrá que ver si Ramírez va directamente con Maccarinelli por el título definitivo, o si enfrenta al ganador de la pelea por esa corona. Todo puede ser.

Mientras tanto, el muchacho de Ezeiza, pupilo de Carlos Martinetti y dueño de un record de 13 victorias (11 antes del límite) y una derrota, se ciñó el cinturón de campeón del mundo. Para ganarlo, debió echar a mano a la fortaleza de su temperamento y a la violencia de su izquierda en cross, que en la octava y la novena vuelta demolió las escasas reservas físicas y espirituales del hasta ayer invicto boxeador uzbeco.

Alekseev había empezado dando una mejor imagen con su boxeo largo y sus golpes al cuerpo. Pero no pudo consolidarla. Ramírez logró imponer su mayor vigor y terminó quebrándolo al uzbeco de tal modo que, al final del noveno asalto, sentado en su rincón, eligió no continuar en la pelea, entregándole a Ramírez la posibilidad de ser, hasta que aclare, uno de los mejores del mundo.