DEPORTES › OTRA VEZ EL CALOR APRIETA A MELBOURNE

El tenis está que arde

Jelena Jankovic, la mejor tenista del mundo, necesitó una hora y 9 minutos para liquidar su primer compromiso en el Abierto de Australia, venciendo con comodidad 6-1, 6-3 a la austríaca Yvonne Meusberger. Pero su rostro no reflejó la felicidad de resultados favorable ni durante ni después del partido. “Es que mis pies estaban ardiendo”, explicó apenas pudo.

Como casi todos los años, los tenistas padecieron el sofocante calor del primer Grand Slam del año, cuando la temperatura reinante en Melbourne se acercaba a los 35 grados a la sombra. “Las condiciones son muy difíciles, este sol, este sol... es tan fuerte”, comentó uno de los que superaron la ronda, a su rival y al calor, el chipriota Marcos Baghdatis, que fue finalista en 2006. “Incluso sin jugar uno apenas puede respirar. En la cancha tenía ganas de vomitar”, aseguró.

“Las suelas de mis zapatillas se calentaron mucho”, contó Jankovic, que se presentó en Australia vestida por una desconocida marca china, ANTA, en lugar de Reebok. “Durante los cambios (de lado) tuve que poner mis pies en hielo para tratar de refrescarlos”, agregó.

“Las canchas están incandescentes y, con la fricción al desplazarse, tienes la impresión de estar jugando sobre llamas”, añadió. “Las suelas de mis pies eran como fuego. Sólo puedo refrescarme un poco en los cambios. ¿Qué más puedo hacer?”, se preguntó. Jankovic espera poder diseñar su propio vestuario de tenis, como las hermanas Venus y Serena y Williams y la rusa Maria Sharapova. Pero la acción conjunta de esa posibilidad y el fuerte calor la hicieron delirar: “Les diré que pongan aire acondicionado dentro (del calzado). Con lo que avanza la tecnología, creo que en el futuro podrán poner ese tipo de cosas”.

Desde 2007, cuando las condiciones climáticas fueron particularmente duras, los árbitros tienen permiso para parar un partido cuando se cumplen unas condiciones predeterminadas de humedad y temperatura, que empiezan porque el termómetro supere los 35 grados a la sombra. Hasta 2007, no se podía iniciar ningún partido en esas condiciones, pero los encuentros que se estuvieran disputando proseguían hasta finalizar.

“Aquí el sol es realmente matador”, resumió el joven australiano Bernard Tomic, lo que parece trascendente, teniendo en cuenta que, con 16 años y 89 días, ayer se transformó en el jugador más joven de la historia en ganar un partido en el Abierto australiano. Y si con 16 años sintió el calor... Tomic (768) venció 7-6 (7-5), 1-6, 7-6 (7-5), 7-6 (8-6) al italiano Potito Starace (7-3).

Compartir: 

Twitter

La ardida Jelena Jankovic.
Imagen: AFP
 
DEPORTES
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.