Domingo, 8 de marzo de 2009 | Hoy
DEPORTES › ESTA VEZ FUE GOLEADO POR TIGRE 4-1 EN EL MONUMENTAL DE VICTORIA
El conjunto de Avellaneda jugó mal ante el golpeado equipo de Victoria, que ayer consiguió su primer triunfo en lo que va del Clausura. Los goles los anotaron Giménez (dos), Ayala y Lázzaro para el local, y Sosa había descontado.
Racing parece no tener solución. Volvió a sufrir una nueva derrota, esta vez 4-1 ante Tigre en un partido en el que mostró un rendimiento para preocuparse y se hundió en la zona roja de los promedios. Tigre, mientras tanto, consiguió su primera victoria en el campeonato y condenó mucho más al equipo de Ricardo Caruso Lombardi, que tendrá mucho trabajo por realizar si es que pretende salvar a Racing del descenso directo, que se asoma sólo a cuatro unidades.
“Migliore tiene otras características, es salidor”, había dicho Caruso Lombardi para explicar el cambio de arquero minutos antes del partido. Y de entrada la jugada pareció salirle mal. Porque a los cuatro minutos el centro vino llovido desde la izquierda, Migliore dudó en cortar, la pelota lo sobró, le quedó a Lazzaro, que habilitó con justeza a Ayala y el mediocampista, de cabeza, puso el 1-0. Un mazazo demoledor.
Sin embargo, no se le puede caer con todo al arquero para entender por qué Racing perdió. Para eso el análisis tiene que ser más amplio. Tigre siempre fue el que tuvo la iniciativa y su rival, mientras, dudó demasiado, tanto que se olvidó de jugar. Y sólo se aproximó con algunos pelotazos largos, que no crearon serio peligro. Salvo las dos chances de Sosa, de las cuales una fue gol y la otra pegó en el travesaño.
Tigre, en cambio, sin ser una maravilla intentó ser más prolijo. Con Castaño como abanderado, y la velocidad de Rosano, merodeó constantemente el arco de Migliore, que pese al mal comienzo cuando lo exigieron respondió. Una corrida fenomenal de Arruabarrena de 40 metros quebró la igualdad, porque el defensor se lanzó al ataque y cuando estaba entrando al área Martínez lo bajó y Brazenas cobró penal. El tiro desde los 12 pasos fue aprovechado por Giménez, que pateó con mucha seguridad.
A partir de ahí el desarrollo dio un vuelco. Porque Tigre confiado y con la ventaja a su favor le cedió el protagonismo al conjunto de Caruso Lombardi, que en los primeros minutos del segundo pareció ser más incisivo. Pero Racing es así: vive quedándose en insinuaciones. Por eso, pese a las dos jugadas claras de riesgo, de Lugüercio y Caballero, que fueron bien controladas por Islas, después se desmoronó.
En una de las tantas contras letales que construyó el local, Giménez, de cabeza, mató las tibias esperanzas de empate del equipo de Avellaneda. Y, para colmo, no se conformó y fue por más, al punto que terminó bailando a Racing y se despachó con un golazo que estampó Lázzaro con una gran volea. Así comprometió mucho más a Racing, al que ya lo acecha el descenso directo.
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