Vélez se siente muy cerca, confiado en que el título del Clausura está al alcance de la mano y que depende de las fuerzas propias. Con una tarea que fue de menor a mayor y que terminó siendo muy sólida y convincente, el conjunto de Ricardo Gareca se impuso 2-0 a Newell’s y se trepó a la punta del certamen gracias a la estrepitosa caída de Lanús, casualmente su próximo rival. Hernán Rodrigo López, en el final del primer tiempo, y Maximiliano Moralez, en el arranque del segundo, anotaron los goles del nuevo líder. Los rosarinos, que no mostraron demasiado, terminaron con diez hombres por la expulsión de Lucas Bernardi por una protesta airada tras la primera conquista del conjunto local.

La necesidad de la victoria pareció atar a los jugadores velezanos en el comienzo del juego. Con algo de nerviosismo, el equipo de Gareca no encontraba fluidez en el trato de la pelota. Y con ese inconveniente, casi no pudo generar situaciones de riesgo frente al arco de Peratta. Ni siquiera los gritos de los goles de Arsenal de la hinchada local consiguió soltar a sus futbolistas. Por eso, lo único bueno para Vélez fue que Newell’s salió con un planteo demasiado tímido, muy pendiente de lo que pudiera hacer su adversario. Por eso, la primera parte resultó aburrida, casi sin emociones y con pocas acciones destacadas frente a las áreas.

Parecía que así se iban a ir al descanso. Sin embargo, una jugada cambió la historia del partido. Moralez rompió la posición adelantada que intentó el fondo rosarino, bajó la pelota de pecho y cedió al medio para que López señalara el gol con el arco vacío. Cuando partió el pelotazo de Gastón Díaz, Moralez estaba habilitado, pero Zapata se encontraba saliendo. Eso motivó una protesta desmedida de Bernardi, que se ganó la expulsión.

Y en esa acción se empezó a definir el partido. Es que Vélez se fue quitando los nervios y comenzó a manejar el desarrollo a su antojo, ante un adversario que sintió demasiado el gol en contra y el hombre de menos. Por eso, no resultó sorpresivo que llegara el segundo tanto, con una maniobra afortunada. Díaz desbordó por derecha y cedió a Cubero, que se enredó con el balón. Sin embargo, el despeje de Schiavi le quedó servido en el punto del penal a Moralez, que aprovechó el regalo y clavó un remate violento a la derecha de Peratta.

De ahí en adelante, Vélez demostró una enorme superioridad sobre su adversario, que nunca lo pudo inquietar. Manejó los tiempos y generó algunas ocasiones para aumentar, pero le faltó eficacia para lograrlo. Sin embargo, no le importó para festejar una victoria que le deja el título en sus manos: en las últimas dos fechas deberá jugar ante Lanús y Huracán, sus dos rivales directos en la búsqueda del campeonato.