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Desde Wimbledon

La ATP lanzó anteanoche una investigación sobre un partido de primera ronda del cuadro masculino, jugado el lunes, después de que apuestas “sospechosas” obligaran a las casas de apuestas a suspender las tomas.

Es la segunda vez en dos semanas que los tomadores de apuestas acuden a la Unidad de Integridad del Tenis (TIU), que investiga acusaciones, respecto de preocupaciones sobre un partido entre crecientes temores de arreglos en el tenis profesional. Un partido en el torneo de Hertogenbosch, entre el español Oscar Hernández y el austríaco Daniel Koellerer, la semana pasada, es otro de los partidos que son investigados.

Este diario entiende que cinco partidos disputados este año, todos en el circuito masculino, están siendo repasados, pero las autoridades se niegan repetidamente dar a conocer detalles o hacer comentarios.

El partido en cuestión en Wimbledon fue el disputado entre el austríaco Jürgen Melzer, 30º del mundo, y Wayne Odesnik (foto), un estadounidense nacido en Sudáfrica que está 109º en el ranking. Melzer era el favorito y siempre lo fue, pero los tomadores de apuestas reportaron sumas “extraordinarias” apostadas a que el austríaco ganaba en tres sets. Melzer ganó 6-1, 6-4, 6-2.

La casa de apuestas William Hill dijo que había “una tendencia hacia Melzer”, pero continuó tomando apuestas y dijo que el partido se jugó dentro de los límites de lo razonable. Otras casas como Ladbrokes y Paddy Power suspendieron las apuestas antes del partido, como hicieron muchos operadores on-line. La casa Betfair no suspendió las apuestas y recibió un millón de libras esterlinas (más de seis millones de pesos) en apuestas sobre el partido, 650 mil antes de que el encuentro empezara. La mayoría de las apuestas eran a favor de Melzer.

Pero la cifra más asombrosa fueron las 350 mil libras (cerca de dos millones de pesos) apostadas en Betfair a que Melzer ganaba 3-0, una apuesta por la que se pagaba 9 a 1. Cualquier otro partido entre dos jugadores de bajo perfil, en una cancha secundaria y sin transmisión televisiva, puede atraer a lo sumo unas 10 mil libras en apuestas. El dinero involucrado en este partido sugiere que un buen número de personas tenía la fuerte convicción de que Melzer ganaría 3-0.

Antes del partido, unas 405 mil libras se apostaron al ganador, con 395 mil a favor de Melzer. Respecto del resultado del partido, se apostaron 242 mil libras; 241 mil fueron a favor de un 3-0 de Melzer.

La línea de investigación de la TIU será averiguar si hubo intercambio de información interna respecto del hecho de que Odesnik sufrió una lesión muscular menor el mismo lunes. El jugador dijo a este diario que se sentía “bien” para jugar y que no había divulgado su problema físico.

“No tengo idea de nada”, dijo cuando se le preguntó si estaba al tanto de las cifras que se habían apostado por el partido. “Estoy aquí para jugar, soy joven, tengo un buen futuro y no lo arriesgaría por nada.” Dijo no haber sido abordado por nadie que le propusiera arreglar el partido y que no podía pensar en una razón por la cual hubiera una enorme apuesta en contra suyo, aunque agregó que había llegado a Londres recién el sábado y sólo tuvo un día de práctica.

Melzer dijo no estar sorprendido por el resultado. “El (Odesnik) no es un jugador de césped. Me dijo tras el partido que sufría un pellizco muscular desde el día anterior”. Cuando supo del cuadro de las apuestas, fue más escueto: “No tengo nada que comentar. No sé nada de eso”.

Las autoridades del tenis iniciaron Wimbledon con una lista de observación de entre seis y doce tenistas, que incluye rusos, argentinos y españoles, que estarían bajo escrutinio por haber jugado partidos sobre los que se realizaron apuestas sospechosas y se presumen arreglos.

Un vocero de la casa Paddy Power dijo que la firma suspendió las apuestas en Melzer-Odesnik “no particularmente por el resultado sino por la diferencia 3-0. Las apuestas pasaron de 9-5 a 1-4 en la mañana y para mover eso se necesita mucho dinero”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.