Chacarita logró un punto importante en Rosario, que le permitió llegar a la cima del torneo y que le sirve para mantenerse fuera de la zona de descenso directo. En cambio, para Central, el 1-1 fue un castigo, ya que faltando cinco minutos todavía iba ganando.

Con la ilusión que generaba el regreso de Luciano Figueroa, un ídolo del club, y la importancia de superar como local a un adversario directo, Central salió dispuesto a llevarse por delante a su rival, que sabía que una victoria lo depositaba transitoriamente en la punta y lo sacaba de la zona de promoción. Entonces, con esos objetivos contrapuestos, los dos salieron pensando en el arco de enfrente. Sin embargo, no tardaron en neutralizarse. Por eso, la única ocasión clara de esos minutos iniciales les perteneció a los rosarinos, que casi abren el marcador con un tremendo cabezazo de Figueroa que rebotó en el travesaño.

Ante ese panorama, el empate parcial era justo. Pero cuando ambos equipos ya se preparaban para descansar, Gómez desbordó por la derecha y envió un centro que picó en el área y cayó por el segundo palo para que Zelaya convirtiera con una palomita.

La ventaja parcial tuvo dos consecuencias lógicas: Central se tiró atrás para cuidar la diferencia y Chacarita presionó en busca del empate. Con ese dibujo se jugó casi toda la segunda mitad, con los visitantes haciendo méritos para igualar. Y cuando ya parecía que no lo lograban, López apareció en el área rival para cabecear al gol un tiro libre de Ramírez. Así, Chacarita encontró un premio justo ante un adversario que se replegó demasiado y lo terminó pagando muy caro.