Romario y Bebeto, líderes de la selección brasileña en la conquista del campeonato Mundial en Estados Unidos de 1994, volverán a formar en 2011 un dúo temible, pero ahora en la política. Romario, quien presentó su candidatura a diputado federal por el Partido Socialista Brasileño (PSB) en los comicios generales del domingo, recibió casi 150.000 sufragios de apoyo, quedó sexto entre los candidatos más votados en el estado de Río de Janeiro y a comienzos del año próximo asumirá su escaño en la Cámara baja, donde promete presentar proyectos de centros deportivos en comunidades pobres.

Romario no descarta buscar vuelos más altos. Uno de los asesores de su campaña, Marcio Saraiva, asegura que, con más dinero, el ídolo del Barcelona, del Valencia, del Flamengo y del Vasco da Gama podría haber conquistado hasta 800.000 votos en las urnas y asegura que, con su capital político, el “artillero de los mil goles” hasta podría aspirar a la presidencia. “¿Por qué no? Lula empezó como un obrero metalúrgico”, argumentó el asesor.

Romario, quien festejó su elección reunido hasta la madrugada de este lunes con unos 60 asesores, amigos y familiares, asegura que no tiene planes para su futuro político, pero dejó en claro que no descarta ninguna posibilidad. “Voy paso a paso. Mi objetivo principal es cumplir los cuatro años (de mandato en la Cámara baja) de la mejor forma posible. Si más adelante me gusta la cosa, puedo pensar.”

El flamante legislador trata de presentarse hoy como una persona muy diferente del futbolista mujeriego, enamorado de la vida nocturna y de las discotecas y reacio a entrenamientos y concentraciones. Este domingo, los fotógrafos que seguían su campaña se sorprendieron al verlo llegar el domingo al lugar de votación –en el barrio suburbano de Parada de Lucas– precisamente a la hora prometida por sus asesores. Fue un gran paso para alguien que, el año pasado, llegó dos horas tarde a la ceremonia de su propia afiliación al Partido Socialista Brasileño (PSB).

Romario asegura que es un hombre más maduro y que está listo para asumir las nuevas responsabilidades de la vida pública: “Hoy mi cabeza cambió, soy otro tipo. Tengo 44 años, aprendí, soy un mejor padre, un mejor marido, principalmente en los últimos seis años”, afirmó, en una entrevista concedida en vísperas de la elección.

Salvo por dos pausas a raíz de viajes al exterior, Romario se dedicó integralmente en los últimos tiempos a la campaña electoral, visitando 30 municipios del estado de Río, donde buscó votos principalmente entre las comunidades pobres y los centros de comercio popular.

Bebeto, a su vez, estuvo a punto de quedarse excluido de la Asamblea Legislativa del estado de Río, al recibir menos de 30.000 votos. Sin embargo, logró salir elegido como diputado provincial gracias al buen desempeño de su Partido Democrático Laborista (PDT) en los comicios.

Entre los más de 20 deportistas que se presentaron a las últimas elecciones brasileñas, Romario y Bebeto estuvieron entre los pocos que lograron éxitos. El peor fracaso en las urnas fue el que enfrentó la ex nadadora Rebeca Gusmao, quien se postuló a diputada por Brasilia por el Partido Comunista de Brasil (PCdoB) tras quedar excluida de por vida del deporte por un caso de doping. Recibió solamente 437 votos. El ex campeón mundial de boxeo Acelino “Popó” Freitas logró 60.338 votos en su estado natal, Bahía, pero no logró ser elegido diputado federal.