La Selección Argentina de Vóleibol arrancó con un mal paso la tercera ronda del Mundial de Italia, al caer 3-1 (parciales de 25-15, 21-25, 25–22, 25-18) frente a Serbia, en Florencia. Un resultado que deja a los dirigidos por Javier Weber con un pie afuera de la definición del torneo, a merced de lo que pueda hacer mañana ante Rusia.

“Hicimos un gran partido y mantuvimos la paridad con uno de los candidatos a ganar el título. Se demostró que muchos de estos chicos tienen un futuro enorme más allá de lo que suceda en este Mundial”, afirmó el entrenador argentino, luego de la derrota en la que se notaron los altibajos en el rendimiento de su equipo. Es que, a pesar del resultado adverso, el correr de los minutos no demostró la diferencia de categoría entre ambos conjuntos, a excepción de un primer set en el que los nervios le jugaron en contra al combinado nacional.

“No arrancamos concentrados y perdimos muchos puntos seguidos en el comienzo del partido. Al empezar perdiendo desde el vestuario con tanta contundencia, es muy difícil remontar el resultado”, apuntó el opuesto del equipo Federico Pereyra, en referencia a un tramo en el que Serbia sacó a relucir su poderío en la altura y se llevó fácil el parcial inicial por 25-15.

El cambio de rumbo se insinuó de la mano del goleador del conjunto albiceleste, Facundo Conte, que antes del arranque de esta ronda estaba en la cima de la tabla de artilleros con 96 puntos en su haber. Y con 16 tantos ante los serbios, fue uno de los pilares para alcanzar la igualdad en el marcador, además de la fortaleza defensiva que se evidenció desde el bloqueo. La sintonía continuó en el tercer set, donde la paridad se mantuvo hasta el final, aunque el experimentado conjunto serbio sacó la ventaja (25-22).

“Argentina, junto con República Checa, es la revelación del torneo. Por eso estoy muy satisfecho por la victoria y por haberla logrado con facilidad”, elogió al equipo nacional el armador serbio Nikola Grbic. “Nuestra experiencia marcó la diferencia en el partido. Pero me gusta la forma en que juega la Argentina, me hace acordar a la Yugoslavia de Atlanta ’96.”

“Con algo más de rodaje y experiencia era posible sacar un triunfo en este partido”, coincidió el armador argentino Luciano De Cecco. “Todavía tenemos mucho por aprender, y partidos así en los que cometemos muchos errores sirven para buscar corregirlos de cara a lo que viene”, señaló Rodrigo Quiroga, capitán del equipo. Y lo que sigue es el desafío de mañana con Rusia, en el que se definirá el futuro de Argentina en el Mundial. Así lo entiende el propio Weber: “Somos conscientes de que nos falta mucho para ser un gran equipo, pero esta clase de compromisos permite ganar confianza. Ahora nos jugamos la posibilidad de clasificar y tenemos capacidad para revertir esta derrota”.