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Otra vez la espuma, otra vez champagne, y otra vez alegría. El tenis argentino sigue regalando estas imágenes. En esta oportunidad, la escena sirvió para festejar el pasaje a los cuartos de final de la Copa Davis. Atrás ya quedó Alemania, en la nueva “cancha de River”, y ahora podría producirse un nuevo enfrentamiento ante el actual campeón, Rusia. Pero Gaudio, Nalbandian, Arnold, Chela, Luza y compañía van quedando en el vocabulario diario de todo el país. Y al parecer, este equipo pretende desquitarse rápidamente de aquella semifinal perdida ante Rusia, en septiembre pasado. Los rusos aventajan a los checos por 2-1, y hoy se sabrá cuál de los dos viajará a Buenos Aires en abril próximo.
Después de la exitosa jornada del viernes, la expectativa pasaba por saber si Argentina definiría su serie en el encuentro de dobles, o si tendría que esperar hasta hoy –se completarán los dos single a partir de las 11– para saber su futuro. Pero con el recuerdo del partido en Moscú, donde ganaron el punto después de más de seis horas, Arnold y Nalbandian también volvieron a ser determinantes en este 2003. La dupla derrotó ayer por 6-1, 0-6, 4-6, 6-1, 6-2 a Rainer Schuettler y Michael Kolhman, y de esa manera Argentina se aseguró un lugar entre los ocho mejores del mundo.
El comienzo del partido fue sumamente favorable para los locales, y ya en el primer game Argentina pudo quebrar el saque rival. Con buenas devoluciones de Arnold y la efectividad de Nalbandian en la red, Argentina se llevó el primer set con mucha contundencia. Sorpresivamente, todo lo bueno que exhibió en ese parcial no continuó en el segundo set, y Argentina perdió por completo la iniciativa del juego. Hubo muchos errores no forzados y Alemania no tuvo que esforzarse mucho para ganar por 6-0.
El partido tuvo mayor paridad en el tercer set. Kolhman se destacaba en la dupla alemana, y al mismo tiempo Argentina evidenciaba demasiado fastidio al no poder controlar a los visitantes. El único quiebre del parcial fue en el noveno game, para que los alemanes se adelanten por 5-4. Luego, los germanos no tuvieron inconveniente para mantener su saque y dar vuelta el partido para pasar a ganar 2-1.
En el cuarto set, otra vez Argentina volvió a adueñarse del protagonismo del encuentro, y eso sirvió para despertar un poco la reacción del público. Con Nalbandian como líder, la dupla tuvo mayor precisión cuando buscó la red, y el cordobés no mostró fisuras cuando tuvo que responder desde el fondo. De esa manera, Argentina cerró el parcial por 6-1, e igualó el partido en dos.
Ese envión anímico del equipo siguió en el set decisivo. Arnold presionó mucho con su saque, y los alemanes comenzaron a encontrarse sin respuestas. En la mitad del parcial, cuando el desenlace se percibía con otra victoria, el estadio habló: “... Argentina, es un sentimiento, no puedo parar...”. A esa altura, el conjunto nacional no dudó para llevarse el partido y desatar toda la euforia. En dos meses habrá un nuevo obstáculo, para este equipo que esta vez no quiere quedarse en el camino.