Domingo, 19 de junio de 2011 | Hoy
DEPORTES › RIVER PERDIO ANTE LANUS Y FIRMO SU SENTENCIA
El equipo de Jota Jota arrancó mal pero mejoró, aunque no le alcanzó para imponerse ante el flamante subcampeón del Clausura, que ganó con goles de Romero y Díaz. Lamela había empatado.
Por Adrián De Benedictis
Al grito de “que se vayan todos” finalizó la tarde del sábado para River. El equipo volvió a decepcionar, perdió como local ante el subcampeón Lanús y ahora acumula siete partidos sin victorias. La serie de resultados que se dieron en la última fecha lo condenó a jugar la Promoción para intentar mantener la categoría y no descender a la Primera B Nacional. Por ese motivo, el equipo de Núñez tendrá que enfrentar a Belgrano de Córdoba, en un cruce de ida y vuelta que se definirá en el Monumental y en el que el conjunto Millonario contará a favor con la ventaja deportiva.
La jornada empezó con mucha expectativa y mucha ansiedad de parte del público de River. El ánimo de la gente iba cambiando a medida que aparecían las noticias de lo que ocurría en los otros estadios. La gente se fue impacientando debido a que era su propio equipo el que no podía resolver su compromiso. El nivel futbolístico seguía siendo bajo, y de esa manera no se podía esperar demasiado. El reflejo más claro de todo esto fue que River consiguió su primera situación de gol clara recién a los 38 minutos. En esa acción, Ferrero llegó a cabecear un envío desde la derecha y la pelota se le fue al lado del palo.
A esa altura, Lanús ya era claro dominador del juego y tenía la tranquilidad de la ventaja, por el gol convertido por Silvio Romero. El delantero capturó la pelota luego de un rebote y definió con un remate de derecha desde afuera del área para meter la pelota sobre el palo izquierdo de Carrizo, que se quedó sin reacción y sólo atinó a acompañar la pelota con la mirada.
Mientras todo eso transcurría, el malestar de la gente de River fue aumentando. Sin embargo, al final del primer tiempo, los jugadores de River se reunieron en el círculo central y curiosamente recibieron los aplausos de la platea San Martín, mientras se retiraban al vestuario.
La ilusión de River se encendió en el arranque del segundo tiempo, cuando Lamela marcó el empate, sin que nadie advirtiera que había tocado la pelota con la mano, con una definición de zurda que sorprendió a Marchesín. Envalentonado, River se le fue encima a Lanús, a pesar de no jugar bien. De esa manera, las situaciones de riesgo comenzaron a aparecer para el equipo local. En esa reacción tuvo que ver el traslado de Pereyra sobre la izquierda y Ferrari hacia el otro lado.
El equipo del sur se retrasó demasiado y apostó a liquidarlo de contraataque. Pese al esfuerzo de River, la desesperación de los hinchas era más grande porque Quilmes estaba cerca pero no podía empatarle a Olimpo. En el final del encuentro sucedieron situaciones inesperadas. A los 40 minutos, el presidente Daniel Passarella se fue de la cancha, tal vez para no presenciar lo que sucedería más tarde. Luego de que Marchesín le ganara un mano a mano a Lamela, y cuando River estaba volcado totalmente en ataque, el ingresado Leandro Díaz clavó la pelota en el ángulo superior izquierdo de Carrizo para dejar al estadio Monumental en silencio, que se rompió entre sollozos y una catarata de silbidos.
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