El vóleibol argentino volvió a marcar un punto de inflexión en la historia de este deporte. En este caso, el seleccionado juvenil masculino fue el protagonista. Los chicos se quedaron con la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Brasil, luego de perder 3-2 con Rusia en una final muy pareja. Con parciales de 25-19, 23-25, 21-25, 25-18 y 15-12, el conjunto conducido por Juan Manuel Cichello obtuvo el segundo puesto, algo inédito para las competencias mundialistas.

Argentina vuelve a mezclarse entre las potencias, a partir de un período de trabajo iniciado con este cuerpo técnico y que ya había sumado momentos clave a nivel sudamericano, quitándole el dominio a Brasil. Precisamente, este plantel venció a los brasileños antes de llegar al encuentro decisivo, y sigue ahora en busca de la consolidación.

El plantel jugó ayer un primer set con altibajos y llegó perdiendo 16-9 al segundo tiempo técnico. Entre un par de apariciones de Iván Castellani y los ingresos de Javier Vega y Nicolás Méndez, Argentina se acercó al 19-23, pero Rusia se lo llevó en 25-19 por una infracción de los argentinos en una pelota exigida en la red.

Los europeos se escaparon 4-0 en el inicio del segundo parcial, con los ataques de Shchadilov y Kolesnik, pero Argentina fue mejorando en defensa y lentamente emparejó la situación. Por ese motivo llegó a ponerse en ventaja en el final del set y se mantuvo para llegar al 23-20 adelante.

Rusia aplicó presión, pero un ataque de Ramonda rozó el bloqueo ruso y significó el 25-23 final.

El tercer set tuvo el arranque más cerrado, con los dos alternándose en aciertos de rotación y errores. El primer descanso obligatorio llegó en 7-8, pero a continuación se distanció Argentina, con un bloqueo y un ataque de Agustín Ramonda. Con el marcador a favor, la Selección mantuvo la rotación en buena medida para llegar al tramo final en 20-16 y, aunque el buen remate de Vega fue defendido, una falla del ingresado Krotkov puso el 2-1 a favor.

Argentina tuvo un mal inicio en el parcial siguiente, y el 0-4 fue el reflejo claro. A medida que pasaban los minutos, los rusos se fueron adueñando de la iniciativa y mantuvieron la diferencia entre los seis y siete puntos. Argentina intentó acercarse con algunos cambios, pero los chicos no lograron la recuperación y terminaron perdiendo por 25-18.

Los titulares volvieron para jugar el tie break final y Argentina se adelantó 6-4, después de fallas de Tsentalovich y Safonov. Ramonda mandó las cosas 8-6 al cambio de lado, pero dos bloqueos de Filippov, el mejor en el rubro, y un error pusieron a Rusia arriba 10-8. Kolesnik convirtió un contrataque en 12-9 y, aunque Argentina siguió en partido y nunca se rindió, la potencia y la envergadura del ataque soviético fueron demasiado. Safonov perforó la cancha y le dio el título a su país con el 15-12 final. Los chicos argentinos mostraron su bronca por el resultado, pero al mismo tiempo exhibieron que ya están en la misma línea que rivales que durante muchos años estaban demasiado lejos. La medalla de plata luce ahora con mucho brillo.