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El ex apoderado de Sueños Compartidos Sergio Schoklender se presentó ayer en los tribunales de Comodoro Py para cumplir con un trámite formal ante el fiscal Jorge Di Lello: abrir las ocho cajas de documentación que entregó e inventariar el material. Su abogado, Adrián Tenca, adelantó que hoy pedirá su sobreseimiento respecto del delito que hasta ahora se le imputa, administración fraudulenta, pero parece imposible que el juez Norberto Oyarbide considere el pedido. Lo más probable es que le conteste con un seco “téngase presente” y continúe con la investigación. Di Lello empezó a numerar ayer la documentación, llegando hasta el folio tres mil, pero habiéndose abierto sólo dos de las ochos cajas. El resto se abrirán a partir del 24. Schoklender no se quedó ni dejó a nadie que verificara la tarea de la fiscalía.

En la causa se va agregando más y más documentación, pero sigue rigiendo el secreto del sumario. Por de pronto, Schoklender pidió ayer que el secreto se levante y además le entregó al juez más papeles todavía, aunque le pidió a Oyarbide que se guarden en la caja fuerte del juzgado y no se revelen hasta tanto el magistrado se expida sobre el sobreseimiento.

El argumento de Schoklender es que no puede ser imputado por administración fraudulenta porque él fue sólo apoderado de Sueños Compartidos y que el poder de firma lo tenía Hebe de Bonafini, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Sin embargo, las investigaciones que se realizaron hasta ahora apuntan a que tanto Schoklender como el ex contador de Madres Alejandro Gotkin cobraron cheques a nombre de la Fundación y que retiraron el dinero en efectivo. La pesquisa gira, justamente, alrededor de presuntos desvíos de esos fondos para empresas como Meldorek o Antártica, cuyas cabezas eran Schoklender y Gotkin y que funcionaban en el mismo departamento de la avenida Alvarez Thomas. Habrían sacado fondos de las Madres y de la construcción de viviendas para engrosar sus negocios y sus patrimonios. Según señalan fuentes relacionadas con la investigación financiera, Antártica, por ejemplo, no tenía ningún tipo de actividad comercial y sin embargo figura con cuentas y movimientos importantes de dinero.

Parece cantado que en algún momento el juez Oyarbide tendrá que levantar el secreto del sumario y llamar a indagatoria a los imputados. Podría tener algunos elementos respecto de Gotkin, pero todo indica que el contador era la mano derecha de Schoklender. Y el punto clave de la investigación está en las pruebas que le permitan al magistrado confirmar o no la sospecha de que Schoklender se enriqueció a costa de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.