Desde Resistencia

La fiesta fue para Boca. En un partido flojito, el equipo de Falcioni explotó al máximo sus virtudes para maniatar a un River con más fútbol pero con menos aplomo, y lo liquidó con dos goles de Nicolás Blandi, uno cerca del arranque y otro cuando el juego ya se terminaba.

En la previa se hablaba mucho de la velocidad que River venía mostrando en los partidos anteriores. Y eso fue lo que se vio en el inicio del juego, cuando el equipo de Almeyda sacó rapidamente diferencia. En menos de cuatro minutos logró desairar a la a priori sólida defensa boquense con cuatro ocasiones de gol claras: la primera a los 28 segundos tras una mala entrega de Insaurralde y un buen pase de Cirigliano para Sánchez, que definió suave a las manos de Orion. La segunda la tuvo Cavenaghi, que se llevó la pelota por delante luego de un error de Orion. Y después tuvo dos chances Funes Mori, que no mostró serenidad para definir.

Boca la pasaba mal, pero su hinchada sintió que debía tomar cartas en el asunto y comenzó a alentar a su equipo para sacarlo del fondo del campo. De una guapeada de Ledesma, quien descargó para Somoza, nació la primera posibilidad de Boca, que terminó en el primer gol. El volante tocó rápido para Mouche –apenas adelantado–, que desbordó por la derecha y envió un centro perfecto para que Blandi convirtiera con un cabezazo.

Esa jugada cambió el partido. River acusó el golpe y dejó de ser lo que había insinuado. Boca, más tranquilo, se hizo fuerte en el medio a partir de la recuperación de Somoza y Colazo y de algunas malas entregas de Cirigliano, que cuando River tenía el balón era una cosa, pero cuando lo perdía no aportaba tanto en el quite. Para colmo, River empezó a dar muestras de nerviosismo y el asunto terminó de complicársele por una chiquilinada de Domínguez, que amonestado por una fuerte falta a Ledesma, se quejó por una infracción previa ante el árbitro, pero se excedió en el reclamo y terminó ganándose la roja.

Y entonces los hinchas de Boca volvieron a la carga, recordándole a River, por enésima vez en la noche, su descenso de categoría. El superclásico se recalentó. Con un hombre menos, River hacía un mayor desgaste que Boca, que eligió retrasarse para intentar salir rápido de contra. Y por esa vía estuvo cerca con una corrida Mouche, que se demoró un segundo y permitió que Vella lo alcanzara, más allá de que el árbitro no pitó su infracción.

Para la segunda parte no surtieron efecto los cambios que ensayó Almeyda, que buscó la hazaña con tres líneas de tres, a lo que el entrenador de Boca le contestó con una jugada de ajedrez cuando decidió sacar a Ledesma y poner a Araujo para también tener tres delanteros en la cancha. Claro que la jugada quedó trunca porque Roncaglia compró todos los boletos de la idea de River, que antes que empatar primero intentó dejar a su rival con diez. El partido ahí se desbarrancó, hasta que apareció el segundo gol de Boca, que liquidó el trámite con un contragolpe que manejó Colazo y definió de nuevo Blandi. De ahí al final, la excusa del partido sirvió para que Boca gozara otra vez a su tradicional rival.

0- RIVER

Vega; Vella, Maidana, R. Funes Mori, Arano; Ponzio, Cirigliano, C. Sánchez; A. Domínguez; Cavenaghi, G. Funes Mori.

DT: Matías Almeyda

2- BOCA

Orion; Sosa, Schiavi, Insaurralde, Roncaglia; Ledesma, Somoza, Colazo; Chávez; Mouche, Blandi.

DT: Julio Falcioni

Estadio: Centenario, Chaco.

Arbitro: Diego Abal.

Goles: 6m y 79m Blandi (B)

Cambios: 45m C. González por Arano (R) y Trezeguet por Ponzio (R); 60m Ríos por G. Funes Mori (R); 63m Araujo por Ledesma (B); 68m Sánchez Miño por Mouche (B); 90m G. Fernández por Chávez (B)

Incidencias: 26m expulsado Domínguez (R); 66m expulsado Roncaglia (B)