Guillermo Coria, David Nalbandian, Gastón Gaudio, Guillermo Cañas, Mariano Puerta y Juan Martín Del Potro. Si bien son tenistas con estilos diferentes, hay algo que tienen en común: todos han logrado ser top ten en algún momento de su carrera. Y en ese selecto grupo es donde quiere ingresar Juan Mónaco a partir de mañana. El tandilense (12º), con ampollas y problemas musculares, dio vuelta un partido muy difícil ante Nicolás Almagro (10º) y lo derrotó por 3-6, 6-3 y 6-4, para acceder así a la final del ATP 500 de Hamburgo, sobre polvo de ladrillo. En caso de que el estadounidense John Isner (11º) no se adjudique el título en Atlanta (categoría 250) y Pico se corone campeón en Alemania, habrá un nuevo argentino entre los diez mejores del planeta.

En los papeles, el rival de turno no suponía ningún trámite sencillo. El español, que viene realizando una gran performance en el circuito en los últimos años, es un hueso duro de roer hasta para los jugadores de elite. Y esa impresión se materializó desde el primer game. Con un juego agresivo y firme desde fondo de la cancha y con una derecha indomable como principal arma, Almagro se llevó por delante al tandilense, que no pudo resistir y terminó cediendo su saque en el octavo game. Luego, con su servicio, el español confirmó el quiebre y se llevó la primera manga.

Pero en el segundo set, y tal como viene ocurriendo en estos últimos torneos, Mónaco, lleno de orgullo, sacó a relucir su mejor tenis, y con la misma ecuación que utilizó su adversario en el primer chico, se llevó la segunda manga, también por 6-3.

Sin embargo, fue en el tercer set donde aparecieron los condimentos en un partido más que parejo. Ninguno de los dos quería ceder ante el rival, aunque en esa puja, fue Mónaco el que terminó perdiendo. El tandilense, tras una serie de errores, quedó abajo 4-2, y tuvo que pedir atención médica por unas ampollas en la mano derecha y algunos calambres musculares. El horizonte se tornaba oscuro para el argentino. Pero en ese momento, Mónaco sacó fuerzas de donde no tenía, y a pesar de las molestias, hilvanó cuatro games consecutivos para cerrar el set por 6-4 y quedarse con un partido que fue bravo desde el comienzo y que duró más de dos horas y media.

Con el triunfo, Mónaco, mínimo, aparecerá en el 11º lugar del ranking ATP, aunque su objetivo es otro: ser top ten por primera vez en su carrera. Para ello, el tandilense deberá vencer en la final al alemán Tommy Haas (49º), quien derrotó 7-6 (5) y 6-0 en la otra semifinal al croata Marin Cilic (15º) y esperar que Isner (11º) no se corone en el ATP 250 de Atlanta.