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Comenzaron a correr los 90 días del interinato de Luis Segura al frente de la Asociación del Fútbol Argentino y, a la vez, dieron inicio las especulaciones sobre el nombre del sucesor de Julio Humberto Grondona al frente de la entidad para el próximo año, hasta completar el período que quedó inconcluso.

“El camino a seguir lo vamos a tener que diseñar entre todos”, había dicho Segura el miércoles, poco después del fallecimiento de Grondona. “Una transición con Julio acompañando hubiera sido mucho más fácil que la que viene. Dependerá de la capacidad de los dirigentes transitar lo que viene con sabiduría.” Pero Grondona ya no puede arbitrar la transición y es probable que en su definitiva ausencia se potencien múltiples apetitos de poder.

Segura recibió respaldos, como el del vice segundo de la AFA, Juan Carlos Crespi. “La alternativa tiene que seguir con Segura, porque a él no lo eligió un repollo, lo eligió todo el fútbol argentino”, afirmó. Segura, que pidió licencia en Argentinos, el club que preside, hasta octubre, está implicado en el caso de la reventa de entradas en el reciente Mundial de Brasil. “No nos hagamos los pelotudos con lo de las entradas –lo defendió Crespi–. Todos estuvimos en el Mundial, ninguno puede hacerse el distraído.”

Muchas de las miradas se posaban ayer sobre el presidente de Quilmes, el senador nacional Aníbal Fernández, que reúne a la vez su condición de integrante del Comité Ejecutivo de la AFA y del gobierno nacional. Pero Fernández descartó una eventual candidatura.

“Ni en pedo, porque no tengo nada que ver con eso. No es un palo que conozca, no me llama la atención ni tengo vocación en esa institución porque fui dos veces al Comité Ejecutivo. No tengo ningún interés y puede haber dirigentes con más conocimiento. Hay que ver quién tiene la mayor estatura para poder hacerse cargo. Es un vacío difícil de llenar”, declaró Fernández, que ya ejerce la presidencia de la Confederación Argentina de Hockey.

Desde otro lado, el ex presidente de Boca y actual jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, reclamó que el fútbol “tiene que pensar en organizarse de otra manera. Tiene que reorganizarse. Y tiene que rever las reelecciones indefinidas”, argumentando que “debería resolverse entre los clubes. Lo mejor que pueden hacer los dirigentes para recordar a Grondona es reorganizar el fútbol argentino”.

El proceso eleccionario se llevará a cabo en octubre: la fecha precisa se determinará cuando la AFA vuelva a la actividad tras la semana de luto dispuesta el miércoles. La Asamblea de la AFA, que tiene “entre sus atribuciones más salientes elegir a los miembros del Comité Ejecutivo y al presidente de la institución”, según se explica en la web oficial de la entidad, está integrada por 50 miembros: uno por cada club de Primera, ocho de la B Nacional, siete de las ligas directamente afiliadas, siete de la B Metropolitana, cuatro de la C, tres de la D y uno del Argentino A. Apenas se precisa mayoría simple para ser electo.

Parece improbable que un dirigente de un club grande se imponga en la elección: no es tradición y, por otra parte, significaría alterar un equilibrio de poder que los demás clubes grandes no tolerarían.

Tampoco parece probable que Julio Grondona (h), el presidente de Arsenal y miembro suplente del Comité Ejecutivo de la AFA, sea elegido, teniendo en cuenta que en varias oportunidades rechazó en declaraciones públicas la posibilidad.

Circulan nombres como el del presidente de Lanús, Alejandro Marón, quien llegó a tener gran afinidad con Grondona. El dirigente se enteró de la novedad en Dubai, en la escala que Lanús hizo camino a Tokio, donde la semana que viene jugará la Copa Suruga, y meditó seriamente volverse a la Argentina. Finalmente siguió a Japón con toda la delegación.

También el de Miguel Silva, el secretario general de la AFA que ocupa la silla de Arsenal en el Comité Ejecutivo (“la influencia de Grondona se va a ver cuando los clubes tengan que reclamar algo ante la FIFA”, dijo ayer) y que tenía una relación muy próxima con el fallecido mandamás; del ex presidente de Quilmes José Luis Meiszner, considerado durante mucho tiempo un delfín de Grondona, quien no hace tanto lo proyectó al ámbito de la Conmebol, de la que es secretario general; o el del presidente de Defensa y Justicia y tesorero de la AFA, José Lemme.

César Luis Menotti, el técnico de la Selección Argentina cuando Grondona asumió el cargo que mantuvo durante 35 años, consideró que el fútbol argentino deberá enfrentarse “con un modelo agotado”. “Este tipo de caudillos (por Grondona) sostiene un modelo con dirigentes que son alcahuetes, pero sin ellos no puede seguir. En ese modelo es irremplazable. Ahora habrá que tener un debate serio y profundo para definir qué lugar ocupa el fútbol en la Argentina”, dijo Menotti a la agencia DPA.

“Grondona es irremplazable”, sentenció Segura. Precisamente por eso, quien ocupe finalmente el cargo deberá inaugurar una nueva modalidad en la conducción. Las figuritas empiezan a moverse sobre el tablero.