La Justicia española rechazó ayer el último recurso presentado por el capitán de la Selección Argentina, Lionel Messi, y mantuvo la imputación por presunto fraude fiscal, por lo que el delantero rosarino del Barcelona irá a juicio oral, aunque en los próximos días presentará un nuevo recurso para evitar esa instancia. La defraudación por la que es imputado Messi se deriva de la gestión –efectuada por su padre, Jorge– de sus derechos de imagen, por un monto de 4,1 millones de euros.

El titular del juzgado de instrucción de Gavá (Barcelona), Manuel Alcover Povo, consideró ayer que “no queda acreditado que ‘Leo’ Messi estuviera al margen de la gestión económica, contractual y tributaria de los ingresos que generaba, sino simplemente que quien se ocupaba de ello era su padre”, por lo que se mantiene la imputación por tres delitos contra la Hacienda Pública con los que habría burlado la tributación de los ingresos derivados de la cesión de los derechos de imagen de Messi a través de un entramado societario. “La plata la manejaba mi papá y yo confío en él”, había dicho Messi al declarar ante los juzgados españoles en septiembre de 2013, cuando fue acusado por la fiscalía por tres delitos previstos en el Código Penal español, referidos al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de los ejercicios 2007, 2008 y 2009.

El juez del caso ya rechazó en julio último la petición de la fiscalía de otorgarle el “libre sobreseimiento” al futbolista, y continuar el proceso sólo contra su padre. La tesis defendida por la familia Messi es que Lionel “no tiene tiempo ni ganas” de dedicarse a sus finanzas, y que “firma lo que le ponen”, según aseguró un perito que declaró ante el juez. “En el caso hipotético de dar por cierto, lo que no deja de ser una suposición, ello no impediría que Lionel Messi pudiera haber conocido y consentido la defraudación tributaria”, advirtió el juez. Además, recordó que para imputar al jugador “basta con que existan indicios de que Lionel Messi ha podido conocer y consentir la conducta defraudatoria”.

Tras su imputación por parte de la Justicia, Messi pagó 10 millones de euros en concepto de IRPF de los años 2010 y 2011, y otros 5 millones de euros correspondientes a la deuda de los ejercicios bajo investigación. No obstante, el juez consideró que ese gesto era “irrelevante” para decidir si se mantenía o no su imputación, aunque reconoció que sí puede rebajar en uno o dos grados la eventual condena que pueda imponerse. Los delitos por los que Messi es acusado están penados entre uno y cuatro años de prisión, además de la liquidación de la deuda y el pago de una multa que va entre el doble y seis veces lo defraudado.