El deporte nacional necesitaba la creación de una herramienta que cambiara el curso de la historia y que contribuyera a que los atletas contaran con condiciones óptimas para planificar sus carreras sin dificultades ajenas al propio desafío de su actividad. De aquella premisa nació el proyecto mediante el cual, el 2 de diciembre de 2009, cinco años atrás, el Congreso Nacional sancionó la ley N0 26.573 que creó el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) y marcó el inicio de una nueva etapa para el deporte argentino, con atletas como Ubaldo Matildo Fillol, Agustín Pichot, Paula Pareto, el ex secretario de Deportes Claudio Morresi y el actual secretario Carlos Mauricio Espínola, Juan Curuchet, Mariano Reutemann, Germán Chiaraviglio, Alejandra García y María Julia Garisoain, que formaron parte del proceso.

“El Enard significó una reparación pendiente con todos los deportistas. Luego de muchos años difíciles con muy poca inversión y fundamentalmente falta de apoyo llegó esta ansiada ley”, aseguró Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino (COA) y vicepresidente del Ente.

“Fue fruto de un gran esfuerzo de todos los deportistas olímpicos y paralímpicos que unieron sus fuerzas para que este proyecto se pudiera materializar. Me tocó entonces liderar este proyecto junto con los representantes del Gobierno que dieron su visto bueno desde el principio.”

El Enard inició su gestión en agosto de 2010 y es un organismo de composición mixta (pública y privada), de conducción alternada y representación igualitaria, cuyos socios fundadores y coadministradores son el COA y la Secretaría de Deporte. A través del Ente el Estado y la organización privada realizan una tarea conjunta para potenciar el crecimiento y la consolidación del deporte nacional.

“El deporte argentino se piensa y se fortalece día a día, con la convicción de que el esfuerzo compartido nos va a permitir alcanzar las metas que soñamos”, destacó el secretario Espínola al momento de definir el trabajo realizado durante estos cinco años, en una gestión compartida con su antecesor Morresi.

“Gracias a la creación del Enard, en la que puedo decir orgullosa que participé, los deportistas argentinos tenemos mejores condiciones de entrenamiento y de acceso a competencias que sin su apoyo no podríamos realizar”, señaló la judoca Pareto, medalla de bronce en Beijing 2008. “Fue lo mejor que le pasó al deporte argentino”, coincidió la ex nadadora y medallista olímpica Georgina Bardach.

El plan actual de Desarrollo del Alto Rendimiento Deportivo del Enard comprende una planificación que apunta a tres ciclos olímpicos y tiene como objetivo alcanzar progresivamente la élite regional, continental y olímpica, a partir de la mejora sistemática de las estructuras fundamentales del deporte de representación nacional. “Viví muy de cerca la creación del Enard. Estuve en el Senado el día que se sancionó la ley, me sentí orgulloso y emocionado –recordó el windsurfista olímpico Mariano Reutemann–. El alto rendimiento comenzó a transitar el camino correcto.”

Con una inversión total de 255 millones de pesos, entre 2010 y 2014 se otorgaron 7916 becas: 4155 para atletas, 2447 para jóvenes promesas y 1314 para entrenadores. Desde su creación, las delegaciones argentinas recibieron un apoyo de más de 300 millones de pesos para su participación en competencias internacionales en el exterior. El monto destinado para la organización de torneos en Argentina fue de más de 32 millones de pesos, mientras que otros 60 millones se destinaron a la inversión en equipamiento e infraestructura deportiva en todo el territorio nacional.

“En un comienzo se lo veía tan ambicioso, que uno como atleta no sabía si iba a alcanzar tan buenos resultados como los que vemos”, opinó Sebastián Crismanich, campeón olímpico de taekwondo en Londres 2012. El correntino es uno de los mejores ejemplos.