Miércoles, 3 de diciembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › UNA DELEGACIóN DE SANTOS SE REENCONTRó CON LAS FARC EN CUBA PARA REPLANTEAR LAS REGLAS DE JUEGO
Durante ayer y hoy, guerrilla y gobierno realizarán una “evaluación”, en palabras de Santos, del proceso de negociación.
Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde La Habana
Con la llegada a La Habana de la delegación de Santos y su reencuentro ayer con las FARC tras la suspensión de la mesa de conversaciones, crece el optimismo frente a la continuidad del proceso de paz. Naciones Unidas, la Organización para los Estados Americanos (OEA) y varios sectores del país solicitaron la pronta reanudación de los diálogos y el cese de hostilidades. Hace quince días, los diálogos se vieron en su peor crisis desde que se instaló la mesa de conversaciones en Oslo, Noruega. En esta ocasión, Cuba y Noruega fueron los mediadores para no dejar ahogar un proceso que, como ningún otro entre las FARC y el Estado, ha logrado tantos avances. De seis puntos de la agenda pactada, ya hay acuerdos parciales en tres. Desde el 18 de noviembre se continuó con el ciclo 31 en el que se trata el punto cuarto: las víctimas. Pero todo quedó en vilo tras el secuestro del general Rubén Darío Alzate, un cabo y una abogada en una zona selvática donde el conflicto, la pobreza y el olvido estatal son huéspedes de décadas. El general Alzate anunció que solicitará la baja del ejército.
Durante ayer y hoy, guerrilla y gobierno realizarán en La Habana una “evaluación”, en palabras de Santos, de los hechos más recientes: retención y posterior liberación del general, los demás militares y una civil en manos de los rebeldes; suspensión de las conversaciones directas en Cuba y reanudación de las mismas. Para los rebeldes, se trata de conversaciones para replantear las reglas del juego. Desde las montañas de Colombia, el número uno de las FARC, Timochenko, había dicho ya que Santos tumbó las piezas del ajedrez de la negociación y ahora quiere enderezarlas.
“Un proceso de paz que ha llegado al nivel donde se encuentra, y que se apresta a discutir los temas más decisivos de la paz, no puede estar sometido a ningún tipo de actitudes precipitadas e irreflexivas que aplacen el advenimiento de nuestra reconciliación”, dijo el jefe de la delegación de paz de las FARC, Iván Márquez o Luciano Marín. El máximo jefe de la organización rebelde había dicho días antes que el diálogo no se retomaría “así porque sí”, acusando a Santos de romper la confianza al decidir unilateralmente que se detenían las conversaciones. Esa fue la reacción del mandatario ante la confirmación de que, por primera vez, un general del ejército había caído en poder de las FARC. Dos semanas atrás, en la zona fronteriza con Venezuela de Arauca, dos soldados profesionales habían sido retenidos por la guerrilla durante combates. A estos dos la insurgencia les devolvió la libertad la semana pasada.
En la liberación del domingo estuvo presente alias Pastor Alape, quien viajó de La Habana a la selva por una noche, con autorización del gobierno, para coordinar directamente la entrega del general. Otro comandante, Carlos Losada, también se desplazó de la isla para la entrega de los soldados en Arauca. En diálogo con Página/12, Jesús Santrich explica el sentido de la participación de los dos delegados de paz en los operativos humanitarios que salvaron el proceso de paz.
“Los comandantes nuestros estuvieron allá también, primero como un gesto de buena voluntad, en representación de la delegación de paz de las FARC, porque se trata de un hecho de paz, y luego porque hay que explicarles a nuestros combatientes de manera directa, in situ, las razones para la liberación y qué es lo que seguiría hacia adelante. Que la gente allá también entienda, porque nosotros no tenemos comunicación cotidiana con nuestra gente. La tenemos con nuestro comandante Timoleón Jiménez y él, con las unidades que están en las áreas de operaciones, pero la comunicación directa es complicada”, aseguró Santrich. Mientras tanto, en el canal Telesur fue divulgada una fotografía donde aparecen abrazados el general Alzate y Pastor Alape, comandante de la facción que lo retuvo, el Bloque Iván Ríos, lo que para muchos fue un gesto de paz, mientras que para la derecha fue motivo de sendas críticas.
Aún es incierto el inicio propiamente dicho del ciclo de negociación que correspondería al número 31, donde está prevista la visita de las últimas doce víctimas, de un grupo de sesenta que participaron en la mesa de forma directa durante la discusión del punto sobre las víctimas. La agenda general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera fue acordada por la guerrilla y el gobierno en la etapa previa a la mesa de conversaciones. Esta se desarrolla en Cuba, después de la instalación en Oslo. Se prevé que este jueves los dos países garantes del proceso, Cuba y Noruega, que incluso participaron de las liberaciones, divulguen las conclusiones del cara a cara de dos días que se realiza entre ayer y hoy.
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