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En una de sus actuaciones más deslucidas de todo el ciclo Bielsa, la Selección empató en Barranquilla ante el conflictuado Colombia que consiguió así su primer punto. Argentina llegó a los ocho y escolta a Paraguay junto con Brasil. El partido fue malo y la disposición táctica y la elección de hombres del entrenador pareció privilegiar la cautela, con resultados paupérrimos.
El primer tiempo trajo la novedad del equipo que paró Bielsa en el campo de Barranquilla. Si el enigma previo era por quién entraría Verón, estaba todo el mundo muy mal rumbeado, pues no sólo no estuvo Verón sino que tampoco apareció D’Alessandro, substituido por Placente, en un medio campo que privilegió la marca y la precaución. Como por el lado de los de Maturana se estableció en el medio una convención de volantes con sólo Angel arriba, todo preveía que sería un partido de mucha lucha en el medio y así fue: tosco, lateralizado, horrible en suma... Colombia no podía y Argentina no quería, parecía haberse preparado para “aguantar el resultado” desde el inicio, en un planteo que no preveía cómo tener la pelota, ya que Aimar y Delgado, en arranques individuales, fueron los únicos que trataron de generar fútbol.
En ese contexto, lo único que podía pasar era llegar al gol por una casualidad. Y así fue. El pobre Oscar Córdoba se equivocó en un saque de arco, le dio a un defensor a dos pasos del área y le quedó muerta para Crespo, que definió. Y eso fue todo, porque Argentina no mejoró ni Colombia apuró y así se fue el primer tiempo sin gloria y con pena.
Se preveía que los locales iban a ir a buscar y que Argentina intentaría algún cambio para tener la pelota. Y algo de eso hubo, pero con resultados diferentes: Arriaga explotó por derecha y comenzó a molestar. Verón –por el Chelito– no tuvo tiempo de acomodarse porque los colombianos se mandaron con todo y tras un córner desde la derecha la tocó Angel en el primer palo y el empate puso las cosas como al principio.
A partir de ese momento, Argentina jugó sus peores minutos –desubicado la Bruja, sin transmitir confianza el arquero, sin tenerla nadie arriba– y los locales, haciendo poco, soltando a Fredy Grisales para que inventara, se fueron al ataque y estuvieron lejos aún pero más cerca que Argentina de desnivelar. A los 25 entraron D’Alessandro por el agotado Aimar y Saviola por Crespo –no cambió el esquema– pero recién a la media hora se llegó con dos tiros libres de Verón y el trabajo de D’Alessandro. Eso fue todo. Poco y muy feo.