Viernes, 6 de noviembre de 2015 | Hoy
DEPORTES › JOSE MARIA LOPEZ, FLAMANTE BICAMPEON DEL CAMPEONATO MUNDIAL DE TURISMO (WTCC)
El piloto cordobés de Río Tercero, que el domingo último se adjudicó en Tailandia la segunda corona de WTCC, regresó a la Argentina para disfrutar de sus logros. La semana que viene vuelve a Europa para la última carrera del campeonato.
Por Adrián De Benedictis
“Para mí es más especial este título. Por la manera de cómo lo viví, cómo me emocioné. Creo que no fueron tan fuertes las sensaciones en el primero, tal vez porque este fue un año más intenso. Si uno mira los números –sacó el 72 por ciento de los puntos– fue casi perfecto, pero me costó mucho más. También tuve que controlar toda la presión que hay en mí ahora, ya no soy más el desconocido. Era el campeón actual y eso no es fácil de llevar”. El que habla es un flamante bicampeón del mundo, cordobés de Río Tercero, que el domingo último se adjudicó en Tailandia la segunda corona de WTCC (Campeonato Mundial de Turismo).
Con la tranquilidad que le brinda esa consagración, y luego de dos días de viaje, José María López, Pechito, como se lo conoce en el mundo del automovilismo, dialoga con medios gráficos, entre ellos Página/12, en el Hotel Faena. A los 32 años, López disfruta su presente brillante, y no se detiene por nada.
“El primer título me puso una presión extra. Una presión linda. El que defiende siempre tiene más presión, porque es más difícil mantenerse. Los rivales crecieron mucho este año, fueron más competitivos, todos mejoraron”, explica, entre café y medialunas.
“Este es el mejor momento mío, personal. Como piloto he sumado mucha experiencia y tranquilidad. Estoy siendo mucho más regular en los campeonatos, antes me costaba. Y estoy en las mismas condiciones con los que corro: pruebo la misma cantidad de tiempo, no dejo de girar en invierno, y eso tiene mucho que ver. La madurez viene con los años, y está llegando”, dice López.
Cuando habla de los rivales, se refiere principalmente a sus compañeros del equipo oficial Citroën, los franceses Yvan Muller y Sébastien Loeb. Precisamente, ambos festejaron con el cordobés su nuevo logro: “Ellos estuvieron compartiendo todo al lado mío, me levantaron los brazos, hubo gestos muy lindos de su parte. Si me pongo en su lugar no debe ser fácil. Ellos han ganado todo, y yo valoro mucho su acción. Por lo que vengo haciendo, creo que me respetan mucho más”.
Cuando se lo consulta sobre los primeros pensamientos una vez que pasó la línea de meta, reconoce: “Lo primero que pensé al salir campeón fue lo que viví en 2006, cuando me bajaron del grupo de F1. Ese día estaba perdido cuando me comunicaron la novedad. Tenía 23 años y no sabía nada de la vida. No tenía amigos porque fueron 13 años corriendo, no sabía de negocios, de nada. Lo único que quería era correr. No sé por qué se me vino eso a la cabeza. Pero la vida siempre te da revancha. Yo tuve suerte pero hay muchos deportistas que no”.
–¿Por qué creés que Citroën domina con tanta contundencia?
–Porque es de los mejores equipos del mundo. Tiene un sistema de trabajo increíble, son muy profesionales. Es un proceso de hace muchos años, de formación. No se construye de un día para el otro, lleva tiempo, y hay una gran capacidad.
–Y después de haber peleado tanto en tus comienzos, con presupuestos escasos, ¿tener un cuidado tan profesional era una deuda pendiente para vos?
–Hace dos años esto no lo tenía pensado, pero se dio así, aunque nunca lo dejamos de buscar. Inclusive, estando acá en Argentina, siempre intentamos, junto a mi familia, estos desafíos. Siempre estuve dispuesto a dejar todo para llegar a esto.
Entre los datos resonantes de su desempeño en WTCC hay uno que asombra. López arrancó en la categoría siendo líder desde su primera carrera de 2014, y nunca más se bajó de ese sitio. “Siento que resucité deportivamente en Europa. Digamos que volví a un entorno más natural para mí. Es decir, yo corrí más años en Europa que en Argentina. Soy un piloto argentino que se hizo en Europa. Algo parecido a lo de Messi, ja”, dice el piloto para la sonrisa de todos.
Sobre los planes para el futuro aclara: “Mis ganas son las de seguir lo más que pueda en Europa. Pero si mañana se termina mi posibilidad allá, en algún lado tengo que correr. Pienso en seguir en el WTCC, ese es el programa principal. Y luego quiero preparar la carrera de Le Mans. También me motiva la chance de correr en la Fórmula E, pero hoy es complicado”.
–Hablaste de la evolución de tus rivales este año, y de tu parte, ¿cuál fue el mayor capital que aprendiste como piloto?
–Los puntos positivos fueron la regularidad a la hora de clasificar, hasta el momento nunca fui cuarto y siempre estuve entre los tres. El hecho de que gané muchas más primeras carreras que el año pasado. Y también pegué un salto en las largadas. Esas tres cosas me hicieron más fuerte.
–Y vos, íntimamente, ¿te sentís un referente del automovilismo argentino?
–Es difícil que lo diga yo. Las motivaciones pasan por ser protagonista. Los resultados, y cuando las cosas andan bien, hacen que la gente te siga, y muchos chicos sobre todo. Quizá, como soy uno de los pocos en el exterior, me toman como referente, pero en el automovilismo hay muchos.
Cuando destaca los tres momentos clave del año señala: “Fueron la victoria en Nürburgring, ganar en Argentina, y en Hungría. Lo de Nürburgring fue mejor de lo que me imaginaba”. “Nunca pensé –continúa– que iba a llegar a esto. Se dio la oportunidad y fui para adelante. Cuando gané por primera vez y escuché el himno en el podio, pensaba: ojalá pueda hacerlo de nuevo”.
Pero va más allá: “El automovilismo europeo funciona de otra manera. No todos pueden vivir de lo que hacen. Yo cuando me fui estuve en un departamento de 20 metros, un colchón en el piso, y con sólo tres mil euros. Allá gano menos que acá. Lo que pasa que acá corría en tres categorías, pero no son muchos lo que lo hacen”.
En relación a los comentarios sobre la supremacía de su equipo en la categoría, responde: “Pilotos que dominan y equipos que dominan existen en todos lados. Es normal, ¿a Hamilton le queda chica la Fórmula 1, o a Schumacher le quedaba chica? Yo corro contra tres que tienen el mismo auto que yo”. Mientras explica que le gustaría que haya otro argentino en WTCC, reconoce que “allá hay muy buena onda entre los pilotos. Acá hay más rivalidad, es todo más tenso. Allá lo que queda en la pista se termina ahí, y además no hay tantos medios como acá, que siguen hablando sobre el tema durante varios días”.
El desafío de la máxima categoría ya ha quedado atrás para el cordobés, y remarca que “no hay política para que un sudamericano llegue a la Fórmula 1”. Cuando regresa al país se siente de otra manera, siempre, aun con todo el éxito encima: “Extraño todo. Mi familia, los hermanos, los sobrinos. Cada vez extraño un poco más, también a algunas personas con las que he trabajado, gente con la que pasé muchos años. Pero lo que es la competencia, no. Por suerte la tengo a Victoria (la novia), que me acomoda las cosas. Pero cuando vengo acá me siento distinto”. Y cuando lo presionan un poco con su pareja pone segunda y sigue de largo. “No hay apuro para el casamiento. Con ella queremos aprovechar un poco más para poder viajar, je”.
Las imágenes del festejo en Tailandia todavía siguen latentes, López cruzó la meta y enseguida le acercaron una bandera argentina. “Estuvo lindo, ya estaba preparado, pero había que tener cuidado porque son muy exigentes con esas cosas”.
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