Se sabe lo dificil que es enfrentar a un rival que se atrinchera en torno del arquero para aguantar el cero. Y por lo tanto se sospechaba con poco margen de error cómo iba a encarar el partido el equipo ecuatoriano. Dos líneas de cuatro, que a veces son cinco y la apuesta a un error grosero del adversario para salir de contraataque. ¿Cómo se vulnera una defensa tan disciplinada, tan convencida de que su única posibilidad de éxito radica en el cero? Hay varios caminos: la búsqueda tozuda por el medio, el intento por las bandas para llegar por el centro, el remate de media distancia, la circulación de la pelota a la espera de que se abra un hueco para meter un pase entre líneas… Boca sabía que tenía que apelar a un variado repertorio para conseguir el primer objetivo: romper el cero. También sabían los muchachos de Barros Schelotto que era imprescindible tener paciencia y no agotar todos los cartuchos en los primeros minutos por más que la hinchada empujara con su tremendo aliento. La entrada en escena del pibe Pavon (autor del gol del empate contra Nacional de Montevideo) ofrecía una opción más en el menú de posibles intentos de Boca. Las cartas estaban sobre la mesa de antemano.

De todos los pronósticos el único que se cumplió fue el que decía que Pavón iba a ser importante. Fue el mejor jugador de Boca. El autor de los dos goles de su equipo y de las mejores llegadas. Claro que eso es apenas una gotita en el desierto de ideas de Boca, que llevó a su eliminación en la Copa. Tevez fue un desastre, jugó uno de los peores partidos de su vida, y en un nivel parecido anduvieron los centrales, Cata Díaz e Insaurralde. Ninguno de los demás siperó la calificación de mediocre.

Lo más curioso de todo es que Boca se puso en ventaja a los tres minutos y medio, los ecuatorianos no daban pie con bola y daba la sensación de que podía producirse una goleada y una clasificación tranquila. El 0-1 hizo que los ecuatorianos de a poquito empezaran a salir y se dieran cuenta de que la cosa no era tan difícil, que en la medida que se acercaran hasta Orion tenían alguna chance. Ya antes de los 25 minutos habían desnudado alguna flaqueza en la defensa de Boca. Y a los 25, justamente, un rebote afortunado de un corner le permitió a Caicedo clavar el empate.

Hasta el final del primer tiempo, Boca tuvo algunas chances(incluido un tiro en el travesaño) y flotaba la sensación de que en el segundo, podría llegar a torcer la historia. Pero lo único que torció fue su destino. Un cruce lento de Insaurralde en una jugada aislada le permitió a Cabezas marcar el segundo gol de los ecuatorianos y sobre el pucho, un tremendo blooper de Orion le facilitó a Julio Angulo el tercero. Estaba claro que Boca no ligaba nada. Cero superliga. Y más cuando tuvo un penal para descontar y Lodeiro lo pateó a las manos de Azcona. La gente terminó gritando “Pavón, Pavón que grandes sos”, pero a esa altura los ecuatorianos jugaban en pata y en remerita y disfrutaban de la hazaña.

Independiente del Valle terminó haciendo ruido en la noche de la Bombonera. Ya había eliominado a River e hizo doblete con Boca. Cartón lleno. Y ahora va por Atlético Nacional de Medellín, en la que será la primera final de Copa Libertadores entre un equipo ecuatoriano y uno colombiano; el primero, sin dudas, llegará a la serie decisiva como el equipo revelación del torneo, el segundo, como el mejor equipo del campeonato, el que barrió con todos sus rivales en la fase inicial y que después se impuso con autoridad en las sucesivas etapas. Especialmente en la última contra un rival tan caracterizado cono el San Pablo.