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Ninguno de los dos llega en su mejor momento, por eso este partido se presenta como una buena oportunidad de recuperar terreno en el Clausura y para ganar confianza de cara a los próximos compromisos que ambos deben enfrentar en la Copa Libertadores de América. En este contexto, Boca y River disputarán el superclásico en la Bombonera con urgencias y necesidades bien distintas.
El equipo de Leonardo Astrada necesita una victoria que le permita seguir con posibilidades de pelear el campeonato, tras sufrir dos derrotas consecutivas, 3-1 ante San Lorenzo, y 2-0 frente a Olimpo en el estadio Monumental. Tras perder como visitante ante Liga Universitaria de Quito, en el partido de ida de los octavos de final de la Copa, el entrenador ratificó a Danilo Gerlo como el reemplazante del lesionado Eduardo Tuzzio (contractura en la pierna izquierda), mientras que José Sand ocupará el lugar de Gastón Fernández, quien no se recuperó de un severo esguince en el tobillo derecho. En tanto que el chileno Marcelo Salas (jugaría algunos minutos) y el colombiano Jairo Patiño se encuentran entre los concentrados.
Por su parte, Jorge Benítez osciló entre el misterio y la duda en las horas previas al encuentro. Primero decidió no concentrar a Rodrigo Palacio, pero luego, ante la presión del presidente Mauricio Macri, lo incluyó en la nómina de los 17 futbolistas. Pero lo más importante, sin dudas, será la conformación de la dupla atacante, que estará integrada por Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo, dos jugadores con mucha experiencia en este tipo de partidos.