DEPORTES › MURIO EL PIBE BALEADO EN LA CABEZA
Tragedia en Caseros
Nelson Galarza, el chico de once años que fuera alcanzado por un disparo de bala en la cabeza a la salida de un partido de Primera B, en Caseros, murió en la madrugada de ayer en el Hospital Nacional de Pediatría. El padre de la víctima pidió que al autor del disparo, que ayer fue indagado por un fiscal de San Martín, “lo cuelguen del Obelisco, y lo vean todos”.
El chico, alcanzado por el disparo a la salida de la cancha de Estudiantes de Buenos Aires, tras el partido que el local jugaba con Deportivo Merlo, falleció alrededor de las 6.45, como consecuencia de las graves heridas recibidas que le provocaron traumatismo de cráneo y pérdida de masa encefálica, de acuerdo con el parte médico firmado por el director del hospital, Luis Alberto Calvo. Hubo tres paros cardiorrespiratorios durante la madrugada.
El partido había finalizado con la victoria 5-3 de Estudiantes, lo que comprometió al conjunto de Merlo, amenazado con el descenso. Los hinchas visitantes se retiraron exaltados, y comenzaron a romper automóviles y vidrieras de los comercios de la zona. En la calle Suiza al 2600, el vecino Daniel Auterio salió de su casa y comenzó a increparlos. De acuerdo con las fuentes, el hombre forcejeó con varios hinchas hasta que finalmente se refugió nuevamente dentro de su vivienda, mientras los fanáticos comenzaban a apedrear la casa.
Apenas se calmaron los ánimos, cuando los hinchas de Merlo avanzaron por la calle, Auterio volvió a salir, pero con una pistola 9 milímetros en la mano. Gritó contra los hinchas y efectuó tres disparos: uno de ellos se alojó en la cabeza del chico, que había ido a la cancha junto a su tío.
El desesperado padre, Tomás Galarza, confirmó que era la primera vez que Nelson iba sin él a una cancha de fútbol, porque la madre lo había autorizado. “Al mediodía vino del colegio cantando porque le había permitido ir a la cancha”, relató.
“Al que hizo esto le tengo odio, asco, repugnancia, quiero que se muera –declaró ayer Galarza–. Este tipo no puede estar arrepentido de matar a una criatura de 11 años. Esto no debe quedar impune, yo quiero que le hagan pagar a este tipo con la misma moneda.”
El acusado fue indagado ayer por el fiscal de San Martín, Fabio Cardigonde, y los delitos que le imputan prevén penas de 8 a 25 años de cárcel.