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Cavallero; Pochettino, Ayala, Samuel; Zanetti, Simeone, Sorín, Verón; Ortega; Crespo, Christian González. Salvo que suceda una hecatombe esa será la alineación titular de la Selección Argentina que Marcelo Bielsa dispondrá en el debut ante Nigeria, el 2 de junio. la confirmación de Crespo como titular, desplazando a Gabriel Batistuta, pudo inferirse de la práctica que el entrenador organizó ayer, incluyéndolo en el arranque, aunque la formación sufrió varios cambios. Esta madrugada, la Selección jugará otro amistoso, que no será el último antes del debut ni tampoco ante Arabia Saudita, como se especulaba. El rival de mañana será el Kashima Antlers, un equipo de la primera división del fútbol japonés. El partido se jugará en el estadio central del Japan Village, la concentración del equipo argentino, con capacidad para 5 mil espectadores, aunque se disputará a puertas cerradas. ¿Otro nuevo L’Etrat?
Crespo arrancó como titular y después fue reemplazado por Batistuta durante la práctica de fútbol que realizó el seleccionado argentino ante un grupo de juveniles, con la alineación de todos los futbolistas que presuntamente arrancarán jugando ante Nigeria, salvo Juan Pablo Sorín, quien por razones físicas fue relevado por Diego Placente.
El plantel volvió a trabajar en doble turno, como sucede habitualmente, formándose dos equipos en los que se alternaron los tres arqueros, Burgos, Bonano y Cavallero, aunque este último parece contar con las preferencias del técnico. Durante los cuarenta minutos de fútbol que supervisó Bielsa los diez jugadores de campo fueron Pochettino, Ayala, Samuel; Zanetti, Simeone, Placente, Verón; Ortega; Crespo, González. Luego ingresaron Chamot por Pochettino, Husain por Zanetti, Gustavo López por Placente, Batistuta por Crespo y Claudio López por Ortega.
Sorín sigue sufriendo el proceso de adaptación al huso horario, ya que fue el último en arribar desde Sudamérica, cuando la delegación ya estaba en Japón. “Será necesaria una semana aquí para que logre habituarse al cambio de horario”, precisó el médico del equipo argentino, Donato Villani.
Se cayeron Túnez y luego Arabia Saudita, pero el seleccionado consiguió tres rivales para jugar encuentros amistosos previos al Mundial, aunque solo serán equipos de clubes locales como el Kashima Antlers, el FC Tokyo y el Sendai Vegalta; estos dos últimos que compartirán otro partido ante la Selección el próximo martes.
La frustrada intención de jugar mañana ante Túnez y el posterior intento de hacerlo con Arabia Saudita, fracasaron para pesar de Bielsa, quien pretendía enfrentar a un seleccionado, en lo posible africano, antes del debut. La obsesión del técnico argentino con los equipos de Africa no está relacionada exclusivamente con el debut ante Nigeria, sino con sus predicciones futuristas: Bielsa estima que desde el continente africano saldrán los campeones mundiales de los próximos Mundiales. Por eso una de sus mayores exigencias post-Eliminatorias ante la AFA fue que le consiguieran un amistoso con Camerún, el campeón de la Copa de Africa, Camerún, algo que Julio Grondona logró no sin esfuerzo al cabo de ingentes gestiones, especialmente con la televisión. Ese partido tuvo en su momento más dificultades para realizarse por el arreglo con la empresa que lo debía emitir que con los propios cameruneses, a los que también les interesaba medirse con un potencial candidato al título.
Esa fijación influyó inclusive en el diferendo que Bielsa mantiene con la AFA: el entrenador quería presenciar en vivo y en directo la Copa de Africa, pero no pudo hacerlo porque faltaron los 15.000 dólares necesarios para el viaje y la estadía.
“Si no es Túnez, será con Arabia Saudita, pero con alguno de los dos jugaremos antes de empezar el Mundial”, había asegurado Bielsa. Pero parece que ninguna selección quiere arriesgarse a un papelón a pocos días del torneo enfrentando a uno de los candidatos, y Bielsa deberá conformarse con sendos encuentros menores ante equipos locales. El encuentro contra el Kashima se jugará esta madrugada a las 2.30, y elmartes próximo, a la misma hora jugará un partido de 90 minutos enfrentando a dos rivales, el FC Tokyo y el Sendai Vegalta, uno en cada tiempo. En ambos estará vedada tanto el ingreso de público como el de la prensa.
En 1998, el por entonces técnico de la selección argentina, Daniel Passarella, cubrió con lonas verdes la intimidad de los entrenamientos del equipo, lo que resultó la primera fricción del plantel con el periodismo, que derivó en franco enfrentamiento una vez que los jugadores se negaron a brindar notas individuales.