Mejor sería nadar en las aguas del Riachuelo, viajar a una is-la desierta con Chichita de Erquiaga o tener que agarrarse a piñas con una barra de hooligans mamados. Y bueno... tocó lo que tocó y habrá que hacerle frente. Hubiera convenido jugar otra vez con México o con Togo o con Serbia y Montenegro, pero los reglamentos son así y hay que cumplirlos: cuartos de final contra Alemania, el próximo viernes en Berlín, en el mismo estadio donde se disputará la final el 9 de julio, lo cual encaja bien con la idea que tienen muchos de que se trata de una final anticipada. Uno de los dos es probable que el Día D vuelva a la capital para enfrentarse con el que llegue por la otra llave, que tal vez sea Brasil. Ojalá se trate de Argentina.

En la intimidad, Pekerman y la mayoría de los jugadores dicen que le tenían más miedo a Suecia por sus cabeceadores, pero Alemania también infunde temor por varias razones, pero fundamentalmente por su condición de local que siempre le otorga un plus de preferencia en el ánimo de los árbitros. “En caso de duda, favorezca al local”, parece ser una premisa de todos los mundiales. La injusta expulsión del sueco Lucic parece corroborarlo. Por supuesto nada de esto es definitivo porque, si no, Italia se hubiera consagrado en el ‘90 y España en el ‘82. Alemania ya sabe de qué se trata eso de ser campeón en su propio país: lo vivió en el ‘74, aunque sin ayudas evidentes.

El equipo que dirige Jurgen Klinsmann se ha ido convirtiendo en candidato de fierro con el correr de los partidos. Le ganó a Costa Rica con un buen poder ofensivo, pero dejando dudas sobre su solidez defensiva; apabulló a Polonia, aunque recién concretó su gol en el último minuto, barrió a Ecuador y en los octavos superó 2-0 a Suecia. Cuatro jugados, cuatro ganados con 10 goles a favor y 2 en contra.

La base táctica del equipo está. Desde el segundo partido es ésta: línea de cuatro, tres volantes, un enganche que organiza y dos puntas. El arquero, Jens Lehmann, cumplió una gran temporada en el Arsenal y le sacó el puesto al que se suponía que iba a ser el titular, Oliver Khan. No tuvo mucha responsabilidad en los dos goles que le hizo Costa Rica. Larsson le pudo haber hecho un tercero de penal y es menos seguro que Abbondanzieri. En el fondo tienen un par de roperos que cabecean muy bien, un lateral (Lahm) que marca con firmeza y puede resultar letal cuando pasa al ataque. Su excelente pegada le permitió meterle un golazo a Costa Rica. Las mayores debilidades aparecen por el lado de Friedrich, el lateral derecho. Saviola y eventualmente Tevez podrían explotar ese flanco. Los centrales también pueden tener problemas si quedan mano a mano con los delanteros argentinos, pero eso no les pasa muy seguido. Son fuertes y tienen una gran capacidad de recuperación, aunque técnicamente no son completos.

En el medio forman un rombo que tiene como puntos salientes a Torsten Frings (el 5 que juega con la 8) y Michael Ballack (el 10 que juega con el 13). El enganche, que pasó del Bayern Munich al Chelsea, es el más idolatrado por su pinta de actor y su condición de crack. La jugada en la que empaló la pelota para dejarlo solo a Klose en el segundo gol contra Ecuador seguramente la vio alguna vez en un viejo video de Overath, de Cruyff o de Ermindo Onega... Toca, arma, purifica la salida y llega.

Arriba tienen un enorme potencial con los dos originarios de Polonia, Lukas Podolski y Miroslav Klose, que convirtieron el 70 por ciento de los tantos de Alemania. Klose cabecea muy bien y en el Mundial de Corea-Japón metió cinco goles, todos de cabeza; ahora, paradójicamente, ninguno de los cuatro que hizo fueron de cabeza; todos con el pie.

Meten miedo los delanteros, pero también Ballack y los volantes cuando disparan de media distancia. En el encuentro ante los suecos patearon un montón de veces y si no fuera por el arquero Isaakson, que anduvo fenómeno, y por los palos, seguro que la distancia hubiera sido mucho mayor que ese exiguo 2-0. Es cierto que los amarillos desaprovecharon un penal en el inicio del segundo tiempo que pudo haber cambiado la historia del partido, pero lo real es que en ningún momento dio la sensación de que pudiera correr peligro la victoria que los germanos habían alcanzado en los primeros minutos.

El remate desde afuera del área es una de las armas preferidas de los alemanes, sobre todo si se le da espacio como lo hicieron los suecos en casi todo el partido. Seguramente contra Argentina no podrán disponer de tantas facilidades.

Tocan los alemanes en los cuartos de final. No se cansan nunca, no se entregan nunca, ni siquiera cuando van perdiendo por goleada. Juegan de locales y además tienen mucho en el banco con Neuville y Odonkor, que se presentan como una interesante alternativa. Pero Argentina ya atravesó alguna vez la experiencia de dejar en el camino a un dueño de casa poderoso: Italia puede dar fe.