Algunas personalidades del deporte iraquí creen que la violencia está relacionada con distintos puntos de vista sobre el rol que el deporte debe jugar en el futuro de la sociedad iraquí. Niran al Sammari, la mujer del presidente del Comité Olímpico de ese país, cree que los motivos del secuestro de su marido fueron políticos, no financieros, y que los responsables estaban molestos porque su marido insistía en que política y deporte no deberían mezclarse. Las declaraciones del ex entrenador de la selección de fútbol (“pagué el precio de las rivalidades entre diferentes dirigentes deportivos”) parecen abonar la teoría.

El presidente de la federación de fútbol, Hussein Saaed, opinó que hay gente que utiliza la situación para amenazar a los deportistas. “Pero no podemos dejarlos ganar –apuntó–. Es un deber nacional entrenar al equipo y representar a Irak internacionalmente. No podemos dejar de jugar. El deporte es parte del corazón de la unidad nacional de Irak.”