Mariano Carrera recuperó para el boxeo argentino el título que alguna vez fuera de Carlos Monzón y también de Hugo Pastor Corro y Jorge “Locomotora” Castro. En el Centro de Convenciones del Hotel Estrel de Berlín venció por nocaut técnico en el 11º asalto al español Francisco Javier Castillejo y se alzó con la corona de los medianos de la Asociación Mundial de Boxeo.

Al momento de la definición, Carrera (72,300 kg) acumulaba ventajas en las tarjetas de los tres jurados, por su repunte en los rounds 8º, 9º y 10º y por los dos puntos que el árbitro panameño Guillermo Pérez Pineda

le había descontado a Castillejo (72,300 kg) en la 4ª y 9ª vuelta a raíz de sendos golpes bajos. Hasta allí, la pelea había sido equilibrada. Pero la juventud del argentino (26 años contra 38 de su rival), sustentada por una muy buena puesta a punto en lo físico y el poder siempre vigente de su pegada, fue lo que le permitió acelerar y pasar al frente en ese trance final en el que las energías se acaban y sólo queda la raza de campeón para mantener en pie las ambiciones.

Una sucesión de impactos largos y poderosos de Carrera terminó quebrando a Castillejo y forzando la intervención del árbitro, protestada de muy mala manera (llegó a tomarlo del cuello) por el manager español Rubén Sánchez Atocha. Pero no fueron esas manos la última consecuencia de un dominio circunstancial. En los dos asaltos anteriores, el argentino había crecido en la misma medida que el español, invadido por la fatiga, perdía presencia y ritmo de combate. En el 9º, Carrera se animó a pelearlo a Castillejo en su sals: Se le plantó en la corta distancia, el terreno en el que Castillejo se sentía más apto, y allí se hizo fuerte a partir de combinaciones de golpes cortos, cruzados o ascendentes. Y en el 10º cambió la estrategia. Empezó a caminar el ring y a manejar el trámite en la larga distancia a partir de la solidez de su directo de derecha. En esos seis minutos, le hizo sentir el rigor de sus puños y preparó la escena para el desenlace que vino inmediatamente después.

Antes hubo un desarrollo cambiante, con dominio alternado y estrategias claras. Carrera apostó a su boxeo largo y contraofensivo. Y Castillejo se jugó a forzar las acciones de la media distancia hacia adentro, tratando de hacer pesar el vigor de sus ganchos. Cada uno preponderó a su debido tiempo. Pero ninguno gobernó el trámite en su totalidad. A Castillejo le faltaron fuerzas para sostener su planteo. A Carrera, continuidad para afirmar el suyo. La pelea estaba para cualquiera cuando ingresó en su tercio final. Se la llevó el argentino por una cuestión de decisión. Tuvo la suerte de enfrentar un campeón gastado. Y supo cómo aprovecharlo.

Carrera ya tiene rival para la primera defensa de su nuevo título. Será el alemán Félix Sturm, que en julio pasado perdiera ante Castillejo. No aparece sencillo el compromiso para Carrera. Tendrá que volver a Alemania para pelear como visitante. Pero ya habrá tiempo de pensar en esto. Hoy es el momento de disfrutar la llegada del 30º campeón mundial de la historia, el noveno que se consagra en Europa. Después del papelón de Barrios y de la amplia derrota de Baldomir ante Mayweather, el boxeo argentino tiene un motivo bueno para despedir el año con alegría.