DEPORTES › OPINION

Fórmula 1, hora cero, incógnitas mil

 Por Pablo Vignone

El primer Grand Prix de Fórmula 1 en 16 años sin la presencia de Michael Schumacher resulta un cúmulo de mayores incógnitas que lo acostumbrado al menos en tiempos recientes. Australia vuelve a dar inicio, mañana, a un nuevo Mundial de F-1 y los pronósticos se muestran más repartidos: aunque sin el alemán a bordo, Ferrari parece contar con cierta supremacía, pero no tan clara ni evidente.

Los últimos ensayos colectivos mostraron que el equipo italiano puede estar acumulando una ligera ventaja sobre los británicos de McLaren. Por primera vez desde 1995, en la escudería de Maranello no habría piloto uno ni dos; pero el reemplazante de Schumacher, Kimi Raikkonen, no se puso todavía el buzo de candidato ni tampoco a la altura del brasileño Felipe Massa, número uno de facto. “Si tenemos un buen coche, como así parece, será una carrera entre compañeros de equipo”, prometió el finés; “no me siento el favorito, y nunca lo sentiré”, le devolvió Massa.

McLaren usa al campeón del mundo Fernando Alonso (foto) como el mejor estimulante para volver a la victoria, un terreno que no pisó en 2006, y al británico Lewis Hamilton, el primer piloto negro de la historia de la F-1, para secundarlo. Pero hace años que la Mercedes-Benz no produce un motor ultracompetitivo. “Puede haber sorpresas para todos –opina Alonso–. Para ver el potencial real de los coches habrá que esperar tres o cuatro carreras.”

Un escalón por debajo está Renault, que no sólo perdió a Alonso. Su cerebro técnico-estratégico, Pat Symonds, sale de su lugar clave para adoptar un rol más reposado. El nuevo coche parece no estar a la altura del anterior y, en el rubro de los pilotos, la dupla compuesta por el crepuscular Giancarlo Fisichella y el neófito Heikki Kovalainen habilita más dudas que certezas.

La gran sorpresa del campeonato puede ser BMW: sus coches impresionaron bien durante el invierno europeo y no sería raro que fueran candidatos frecuentes al triunfo, más con el joven polaco Robert Kubica que con el ya veterano alemán Nick Heidfeld.

¿Otra sorpresa? Puede ser Williams. Los alguna vez exitosos autos de Grove tuvieron uno de los peores años de su historia en 2006, con un record de roturas pavoroso. Este año, con los motores Toyota, parecen haber enderezado sus posibilidades. A la frescura de Nico Rosberg le suman la vasta experiencia de Alex Wurz. Ojalá se les dé.

Toyota, en cambio, permanece en la periferia del éxito: pese a contar con un presupuesto superior a los 500 millones de dólares, la escuadra japonesa con sede en Colonia está muy lejos del podio. A la Honda, su rival directo, no le ha ido mejor: a poco de probar el nuevo auto, sus jerarcas se dieron cuenta de que necesitan proyectar y construir uno mejor y lo antes posible...

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