La disputa lavagnista por la candidatura a la gobernación bonaerense quedó saldada. Roberto Lavagna bendijo al ex duhaldista Jorge Sarghini para encabezar la boleta de la coalición con el radicalismo en la provincia de Buenos Aires. Minutos antes, el flamante empresario multimedia Francisco de Narváez le había comunicado al ex ministro de Economía que no sólo se bajaba de la pelea interna por la provincia, sino que le retiraba su respaldo a la candidatura presidencial, que promovió junto con Sarghini desde el grupo de peronistas antikirchnerista conocido como El General. La ruptura se produjo en medio de una caminata y un almuerzo que los tres compartieron ayer en Junín durante la recorrida de una exposición agraria.

“Es un proceso normal cuando empiezan a apurar los tiempos políticos”, dijo escuetamente Sarghini a Página/12 sobre la reafirmación de su candidatura a la gobernación bonaerense. La bendición de Lavagna llegó después de que De Narváez le comunicó al ex ministro su decisión de abandonar el espacio que compartían. “Respeto su postura, pero yo no hubiera hecho lo mismo, hubiese acatado la decisión del conjunto de quienes conformamos este proyecto”, agregó el diputado como único reproche al empresario con el que compartió el reducido grupo de justicialistas disidentes que impulsó e instaló la candidatura presidencial de Lavagna, como alternativa antikirchnerista dentro del peronismo.

Varios lavagnistas coincidieron en el relato de la secuencia que precedió a la ruptura: “De Narváez se reunió a solas con Lavagna y le dijo que dejaba el espacio. Después, Lavagna le comentó a Sarghini la decisión de Francisco y que iba a respaldar su candidatura”. Todo sucedió en muy pocas horas, mientras los tres, junto a otros referentes del lavagnismo bonaerense, recorrían ayer la feria Expoagro 2007 en Junín. Al enfrentar a los periodistas, Lavagna ratificó que Sarghini era su candidato.

Aunque el camino hacia su candidatura todavía tiene que atravesar la discusión con sus socios de la UCR, que también aspiran a encabezar la fórmula a la gobernación bonaerense. Algo que el propio Sar-ghini se encargó de aclarar: “Debemos discutirlo como partes de un mismo espacio. Cada uno con sus tiempos y sus formas, en el proceso de construcción de un proyecto”, agregó el diputado a este diario.

Los lavagnistas también ensayaron a coro –pero off the record– una explicación a la deserción del empresario y ex menemista: “Hay diferencias de proyectos”, afirmaron. Algunos fueron más allá. “Hay compañeros que están más identificados con la derecha, no con una propuesta centro progresista, y me parece que eso le pasa a Francisco” y “algunos se incorporan a espacios más conservadoras y de centroderecha”, argumentaron cerca de Lavagna.

De Narváez ya se había mostrado cerca del ex gobernador misionero Ramón Puerta, que encabeza el denominado Peronismo de Pie, en el que arrastra a no pocos ex menemistas. La diputada riojana Alejandra Oviedo también recorrería el mismo camino. “Yo no puedo seguir en el bloque que preside Sar-ghini, por quien tengo mucho respeto, pero esto me obliga a partir del bloque. Yo estoy acompañando a Francisco y voy a acompañarlo en lo que él decida”, aseguró Oviedo, que también acusó a Lavagna de tomar actitudes que “atomiza la oposición, siendo funcionales a la política de Kirchner y a su permanencia en el poder”.

“Es importante pero no determinante”, contrarrestó Sarghini para calificar el alejamiento de De Narváez y Oviedo del proyecto lavagnista y del bloque parlamentario que preside en la Cámara de Diputados.

En su corta carrera política, De Narváez corrió sin suerte detrás de no pocos candidatos, a los que le aportó dinero para las campañas. Financió parte del fracasado intento re-reeleccionista de Carlos Menem; pasó por la filas partidarias de otro empresario, Mauricio Macri, y llegó a coquetear con el kirchnerismo antes de recalar en las filas del duhaldismo bonaerense, que lo incluyó en la lista de diputados. Esta vez, con sus propios afiches en la calle, De Narváez todavía no tiene un referente nacional de donde colgar su ansiada candidatura a gobernador.