El bienestar suele alejarse cuando todo parece estar en armonía. Y de esa manera, aquel momento feliz rápidamente queda perdido en el tiempo. Suele suceder que el período de goce por lo menos se estaciona durante algunas semanas, que parecen mágicas, pero no es común que en sólo tres días todo sea sacudido hacia destinos inesperados. Ese vendaval de emociones vivió River desde el domingo último hasta ayer, porque después de la goleada histórica ante Vélez volvió a sufrir un nuevo traspié ante Arsenal, que luego de vencer a San Lorenzo en dos oportunidades (una por la Copa Sudamericana) encadenó un nuevo éxito que le permite acercarse hacia el grupo de los líderes.

Como esa rueda no se detiene, el conjunto de Sarandí es el que ahora disfruta de su buen presente, luego de producciones que hasta provocaron rumores sobre el alejamiento de su entrenador. Mientras, River siente de cerca otro sacudón: de saberse entero pasó a tener pronóstico incierto.

Apenas iniciado el encuentro, River amenazaba con quebrar finalmente su mala racha de visitante, debido a que aún no pudo ganar en esa condición. Pero el desarrollo tuvo un ingrediente extra, el agua. La lluvia caída hizo muy difícil trasladar la pelota por el piso, y lo más adecuado era jugarla por arriba. En medio de eso, hubo escenas grotescas entre los jugadores, quienes primero intentaban hacer equilibrio para no caerse, y después buscaban entregarle la pelota a un compañero, algo que no resultaba tan fácil. Como la misma se detenía en el camino, eso también generaba acciones de peligro para el equipo rival.

River fue el que sacó ventaja de esa situación al principio, y en los primeros 15 minutos construyó dos acciones de riesgo: Cuenca respondió bien ante un tiro de Fernández y luego Peralta remató muy alto ante un mal rechazo de la defensa local.

Pero esa insistencia tuvo su premio a los 24 minutos, cuando Ruben definió con categoría para ubicar la pelota al lado del palo derecho del arquero. El delantero aguantó la marca de un defensor abriéndose hacia la izquierda y luego le pegó de zurda. En ese período, Arsenal sólo se acercó con un remate de Andrizzi.

La emoción llegó en la segunda parte, donde Arsenal tuvo más decisión desde el comienzo, y en la primera oportunidad llegó a la igualdad. El ex Boca Matellán convirtió de espalda al arco, luego de que la pelota diera en el palo en medio de varios rebotes.

El tránsito por la mitad de la cancha se hizo muy rápido, y si bien los dos hacían el último esfuerzo para quedarse con el triunfo, Arsenal era el que llegaba con mayor peligro. Y cuando el final estaba a sólo un minuto, el ex River Gandolfi se desprendió por la derecha, se corrió hacia el medio y le pegó de zurda para colocar la pelota al lado del palo más lejano de Ojeda. Arsenal festejaba en medio de la sorpresa de muchos.

En ese instante, River comenzó a vivir esa sensación que significa estar muy cerca de alcanzar algo tan anhelado en este campeonato, y en pocos instantes a sumar una nueva frustración, con el dolor que eso acarrea.

2-ARSENAL

Cuenca; Gandolfi, Mosquera, Matellán, Espínola; Garnier, San Martín, Casteglione, Andrizzi; Ulloa, Calderón.

DT: G. Alfaro.

1-RIVER

Ojeda; Ferrari, N. Sánchez, Tuzzio, Villagra; A. Fernández, Ahumada, Belluschi; Peralta; Ríos, Ruben.

DT: D. Passarella.

Estadio: Arsenal.

Arbitro: Pablo Lunati.

Goles: 24m Ruben (R), 54m Matellán (A), 89m Gandolfi (A).

Cambios: 66m A. Gómez por Andrizzi (A), 70m Ponzio por Ahumada (R) y Biagini por Ulloa (A), 73m Abelairas por Peralta (R), 80m Zárate por Ríos (R), 83m Yacuzzi por Calderón (A).