Dos sillones blancos. Dos copas con agua gemelas y, en el medio, flores rojas. Una silla, también blanca, preparada como para un presentador de televisión. Detrás, el escenario estilizado lo componían tres pantallas planas que alternaban las consignas de la Coalición Cívica (CC). Elisa Carrió y Rubén Giustiniani salieron entre ovaciones y se sentaron. En el lugar del entrevistador se ubicó el filósofo Santiago Kovadloff, a quien los candidatos de la fórmula presidencial respondieron sus preguntas, que fueron alternando los distintos aspectos del plan de gobierno. “La política exterior debe dejar de ser una sesión de fotos”, lanzó Lilita, en dirección a la gira por Europa de Cristina Fernández de Kirchner.

La sala Picasso del Paseo La Plaza rebosaba de concurrentes. En las primeras butacas se podía ver el álbum completo de figuritas de la CC: Patricia Bullrich, Enrique Olivera, Gerardo Conte Grand, Alfonso Prat Gay, Margarita Stolbizer, el socialista Roy Cortina, el rabino Sergio Bergman y el sociólogo Juan José Sebreli. Los más aplaudidos fueron, sin embargo, dos que enviaron adhesiones: los gobernadores electos de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, y de Santa Fe, Hermes Binner, quien mandó un “afectuoso saludo”. Más temprano, Binner dijo que votará a Carrió (ver aparte).

La idea era tener un “diálogo cívico”, alejado de “las personas que les gritan a multitudes que no entienden nada”, según explicaron en la organización del acto. Por eso, Kovadloff, block de notas en mano, fue atravesando un extenso cuestionario con preguntas como:

–En su futuro gobierno, ¿habrá reuniones de gabinete?

–Sí, semanalmente. Y será una reunión de diálogo con gente inteligente y capaz –respondió Lilita.

“¿Cómo se concilian las diferentes ideologías de la coalición?”, continuó Kovadloff, en tono pausado. “Lo concilian las necesidades de la gente”, contestó Giustiniani. “¿Es necesario un nuevo trato para las Fuerzas Armadas?”, quiso saber el filósofo. “Tiene que haber un nuevo trato. Las nuevas generaciones no pueden ser humilladas por lo que hicieron mil personas”, sostuvo Carrió.

–¿Y qué sucederá con el sindicalismo?

–Nuestro principio será no aceptar extorsiones, ni sindicalistas ricos y trabajadores pobres –disparó Giustiniani.

Los dos candidatos tuvieron pocos momentos de diálogo entre sí, salvo cuando el socialista anunció que corría “el riesgo de romper la fórmula, pero vamos a implementar una política antitabaquismo”. “Yo voy a fumar en la escalinata de la Casa Rosada, y después entro”, le retrucó ella.

“¿Cuáles de los valores cívicos son importantes para la educación?”, preguntó Kovadloff. “Hay que enseñar a conocer al otro. Porque con la revolución de las telecomunicaciones, mi hijo se va a terminar casando con una china. Si no sabe lo que piensa, ¿cómo la puede besar?”, se preguntó Lilita. “Según los últimos estudios, yo no te veo a vos. Veo según mis creencias. Si yo creo que los semipelados son divinos. Yo te veo divino”, le soltó a Kovadloff, entre risas.

Tras recomponerse, el filósofo sostuvo que “circula una imagen maniquea y denigrante del sector agropecuario” y Carrió puntualizó que su política será “dejar en paz al campo”: “La política de retenciones es exagerada, hay que eliminar las retenciones en el sector ganadero y lácteos. No en la soja, porque tendríamos una crisis fiscal”, advirtió.

En las pantallas circulaba uno de los nuevos lemas de la coalición, que dice: “Sin seguridad, somos nosotros los presos”. El filósofo se ocupó de inquirir “qué mensaje tiene para las fuerzas policiales”. “Hay que tener una política de dignificación, pero asuntos internos va a estar fuera, para quebrar la impunidad. Porque no es posible que haya seguridad, sin justicia y sin verdad”, sostuvo Carrió, quien vinculó la inseguridad a la lucha contra la corrupción. “Una conducta esencial es que el Presidente no robe”, sentenció Lilita, fiel a su estilo.