EL PAíS › MOYANO SE REUNIO CON KIRCHNER Y BARRIONUEVO DIJO QUE DEJA LA CUPULA DE LA CGT

Un guiño en medio de la interna

El camionero y otros líderes cegetistas se entrevistaron con el Presidente en la Casa Rosada. Luis Barrionuevo dio a conocer un comunicado en el que anuncia que quince gremios renunciarán al consejo directivo de la central, pero no critica al Gobierno. Acusan a Moyano de “apoderarse” de los afiliados de otros gremios.

 Por Diego Schurman

Hugo Moyano anunció el apoyo de la CGT a la candidatura presidencial de Cristina Fernández. Lo hizo durante un encuentro con Néstor Kirchner y con el telón de fondo de una feroz interna sindical. Sucede que ayer mismo, Luis Barrionuevo emitió un comunicado para anunciar que al menos quince gremios renunciarán al consejo directivo cegetista en repudio a la conducta “autoritaria” de su líder.

La puja Moyano-Barrionuevo es añeja. El diputado está decidido a vaciar de poder al jefe de la CGT. La razón del conflicto esta vez se centra en la política “expansionista” del camionero, a quien acusan de arrogarse la representación de trabajadores de otra actividad.

La disputa más reciente es por el encuadre de los transportistas de caudales. Para Moyano son camioneros, pero Barrionuevo considera que son del gremio de seguridad. Por eso, después de varios amagues, su sector emitió un duro comunicado anunciando que se retira de la conducción. “Moyano ha venido ensañando con una veintena de organizaciones gremiales hermanas, avanzando y apoderándose de los afiliados”, dice.

El texto lleva las rúbricas de representantes de los gremios gastronómicos, químicos, plásticos, viajantes, estaciones de servicios, seguridad, obreros del vidrio, obreros del tabaco, carga y descarga, aeronavegantes privados, vialidad, viajantes, FATAGA y UDA. entre otros.

Barrionuevo no quiere que la puja se traduzca como un embate a la Casa Rosada. De hecho, el documento destaca cómo el gobierno puso en marcha el Consejo del Salario y abrió las paritarias. Aunque no lo dice, el gastronómico seguramente también debe estar agradecido que el kirchnerismo haya incluido a su mujer Graciela Camaño en la boleta de candidatos a diputados.

En rigor, todo parece valer en el juego de presiones. Si hasta Moyano puso en dudas las cualidades de Cristina, visión que sugestivamente modificó ayer al regarla de halagos frente a Kirchner. ¿Qué pasó en el medio? El camionero logró colar a un hombre de su gremio entre los aspirantes a una banca de la Cámara baja.

Al recibirlo en la Sala de Situaciones de la Casa Rosada, Kirchner también susurró música para el oído de Moyano. Le manifestó su decisión de trabajar para organizar un modelo nacional de base justicialista. De paso, mandó un tiro por elevación a Eduardo Duhalde, quien esta semana irrumpió en escena prometiendo encabezar la reconstrucción del peronismo.

La CGT suele replicar la interna del PJ y hay muchos dirigentes que ven en Moyano un estilo de conducción similar al de Kirchner. De hecho, el comunicado del barrionuevismo acusa al camionero de “autoritario”, un adjetivo que a menudo se le endilga al Presidente.

Un dato para no olvidar: fue Barrionuevo quien entronizó a Moyano en la CGT. Pero con el correr de los meses le fue retaceando apoyo, al entender que el camionero no compartía con los demás los beneficios de su vínculo con el poder central. Aquel vergonzoso traslado de los restos de Perón a la quinta de San Vicente fue la excusa que encontró el gastronómico para socavar la autoridad del líder cegetista.

Ese 17 de octubre de 2006, donde los muchachos compitieron por un lugar cerca del mausoleo que alojaría al máximo referente peronista, testificó como nadie la feroz interna. A los pocos días, Moyano obtuvo un tibio respaldo oficial, al ser recibido en la Rosada por el ministro del Interior, Aníbal Fernández.

La resistencia al camionero se expande entre las distintas corrientes gremiales. Los denominados “gordos” –un apodo que no responde a la apariencia física sino al peso específico de un grupo de dirigentes– hicieron punta con esto de no participar del consejo directivo. ¿Quiénes son los gordos? Carlos West Ocampo (sanidad), Oscar Lescano (Luz y Fuerza) y Armando Cavalieri (mercantiles), entre tantos otros.

Ahora Barrionuevo busca vaciar de poder a Moyano forzando a un cúmulo de dirigentes a dejar su silla en la conducción de la CGT. Habrá que ver quiénes finalmente se van y quiénes no. La duda es pertinente ya que algunos de los que Luisito contaba como propios estuvieron ayer sonriendo junto al camionero en la Rosada, donde los recibió Kirchner. Un caso es el del titular de la Asociación Bancaria, Juan José Zanola.

El gastronómico quiere mayor participación en la mesa de decisiones. Lo mismo reclaman otros gremios. Por ese reclamo, Moyano y el dirigente de la UTA Roberto Fernández casi terminan a las trompadas hace muy pocos meses.

Puede que el documento de Barrionuevo sea el inicio de una campaña para restarle chances al camionero a la hora de renovar las autoridades de la CGT. Pero esa elección, generalmente amañada, se producirá a mediados del 2008. Para entonces Cristina Fernández podría ser presidenta.

Moyano lo sabe. No por nada el meloneo con la Casa Rosada alcanzó ayer su punto más álgido.

–Es hora de que vengas a comer un asado a la CGT –le dijo a Kirchner.

–Sí, hasta podemos colocar una placa en agradecimiento –se sumó el titular de la UOM, Antonio Caló.

El Presidente acababa de informarles del decreto oficial que convertía en patrimonio histórico el edificio de la CGT, un acto político que los sindicalistas querían retribuirle con otro de similar envergadura.

La emblemática sede de la CGT está ubicada en Azopardo 802. Fue inaugurada por Perón el 18 de octubre de 1950 y donada por su entonces esposa, Eva Duarte a través de su fundación.

Moyano agradeció el guiño de Kirchner. En rigor, siempre supo disfrutar de las mieles de su vínculo con la Casa Rosada. En estos cuatro años recibió generosos subsidios oficiales. El mandatario también lo premió con la concesión del Belgrano Cargas. Así, el líder de la CGT se convirtió paradójicamente en patrón de sus representados, lo que inexorablemente lo suma al lote del denominado sindicalismo-empresario del que tanto renegó.

Moyano habló ayer de un pacto implícito con el Gobierno. Pero lo amoldó a sus coincidencias ideológicas, más allá de la empatía con funcionarios de la primera línea como el ministro de Planificación, Julio De Vido, que suele responder presto a sus reclamos.

En otro momento en que la puja sindical estaba en pleno apogeo, y la autoridad de Moyano tan cuestionada como ahora, Kirchner reveló a sus íntimos lo más profundo de su pensamiento. “¿Dejar caer a Moyano para que asuma en su lugar quién? ¿Barrionuevo?” Habrá que ver si aquella confesión no tiene fecha de vencimiento.

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El presidente Néstor Kirchner recibió en la Casa Rosada a una comitiva de la CGT encabezada por su líder, Hugo Moyano.
 
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