A Omar Narváez lo espera una noche agitada. Desde las 23 y con transmisión en directo de TyC Sports, el chubutense hará la undécima defensa de su título mosca de la Organización Mundial de Boxeo ante el colombiano radicado en Miami, Carlos Tamara, en una pelea a 12 asaltos que tendrá lugar en el Nuevo Palacio Aurinegro de Puerto Madryn, Chubut, y que arbitrará el estadounidense Joe Cortez.

En principio, no iba a ser Tamara el adversario de Narváez sino el mexicano Alejandro Hernández. Pero como Hernández perdió por puntos con Tamara el 7 de diciembre del año pasado en Miami, la chance fue a parar a las manos del colombiano, que exhibe como mejor antecedente un record respetable: 17 victorias, 13 por fuera de combate, y 3 derrotas, señal de que tiene la mano pesada. Fuera de ello, no hay en su trayectoria nombres demasiado rutilantes y sí dos datos a tener en cuenta: fue representante colombiano en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, y recién el año pasado empezó a pelear como mosca: toda su campaña anterior la había realizado como minimosca.

Más allá de los riesgos que pueda aparejar la recia pegada de Tamara, Narváez llega bien preparado: hace 48 horas y en un entrenamiento público dio los 50,802 kg, límite de la categoría, y declaró haber superado los problemas que torturaron su mano izquierda el año pasado. El resto lo hará su talento de peleador zurdo, rápido y variado. Por calidad, antecedentes (está invicto en 27 peleas con 25 triunfos, 16 antes del límite y dos empates) y condición de local, Narváez es el favorito. Pero deberá exigirse a fondo. Tamara es un retador complicado, de los más serios que ha tenido en los últimos tiempos. Y lo obligará a estar muy atento si no quiere recibir una sorpresa desagradable e inesperada ante su propia gente en el arranque de su séptimo año como campeón mundial de los moscas.