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Con indignación o con pase de factura, el ambiente del vóleibol reaccionó conmovido ante la decisión de la Federación Internacional, e inclusive el ex presidente de la FAV, Mario Goijman, dio su opinión al respecto.
“Estoy profundamente triste por lo que pasa –dijo Goijman desde Lausana–. Ni el sentido común ni la Carta Olímpica permiten trasladar los conflictos entre dirigentes a los deportistas o al público.”
Según el ex dirigente, “esta suspensión habla de cuáles son las prioridades en la FIVB: el principio de autoridad y la impunidad, mientras que el deporte y los deportistas poco interesan”, indicó Goijman.
Su sucesor en la FAV, Héctor Cristiani, se declaró “sorprendido por esto” pero luego admitió que no le era totalmente inesperado. “La verdad es que no lo esperábamos de ninguna manera, aunque debo reconocer que algo se decía en los pasillos de la FIVB.” Cristiani se mostró partidario de dar un paso al costado para ayudar a destrabar el conflicto. “Pongo mi renuncia a disposición y todo lo que sea necesario para solucionar esto. Esto no debe ser una cuestión personal y debe primar el buen criterio de todos”, dijo.
“Estábamos entrenando con los jugadores cuando nos enteramos –relató el entrenador del seleccionado, Claudio Cuello–. Sabíamos que había una efervescencia política y un gran contraste de intereses que no queremos juzgar, pero lo que pasó nos sorprendió porque creíamos que la FIVB iba a comprender la situación.”
El gerente general de la FAV, Guillermo Suriani, agregó que la entidad hará “todas las acciones que sean necesarias para que la medida se levante y los jugadores del seleccionado puedan viajar el martes a Francia para jugar la Liga Mundial”. Para Suriani, “el vóleibol argentino debe seguir compitiendo. No se puede tirar por la borda lo que se hizo en los últimos seis años”.
Cuello explicó que, junto con sus jugadores, decidieron “pedirle a la Secretaría de Turismo y Deporte que intervenga para garantizar nuestro derecho a jugar más allá de la situación institucional. También le pedimos a la FIVB que no se excluya a los seleccionados de las competencias”.
En la Secretaría, el coordinador de Políticas y Programas del Deporte, Sergio Víctor Groupierre, sacó algunas cuentas impagas de sus cajones. “Es el momento de que algunos den un paso al costado –manifestó–. Cité a una reunión con todos los dirigentes del vóleibol con el afán de que apelen a la cordura y el sábado se conforme una mesa directiva no cuestionada por la FIVB.”
Waldo Kantor, director de Deportes del gobierno porteño y un histórico del vóleibol argentino, reveló ayer que tuvo “una cuestión muy fuerte con Acosta”, al que le planteó que debía separar la disputa personal con Goijman de la política “para no sancionar deportivamente a la Argentina”.