El plantel argentino disfrutó ayer del segundo asado en Cidade do Galo. Mientras los jugadores hacían los últimos movimientos en la cancha principal del complejo deportivo, en la parte superior del predio, el humo y el aroma inconfundible del asado eran una tentación para todos. El cocinero del plantel, Diego Iacovone, comenzó bien temprano con los preparativos y minutos antes de las 13 tenía la carne y el pollo listos en las parrillas. Los futbolistas terminaron de entrenarse y luego de la ducha disfrutaron del segundo asado, que esta vez sirvió como festejo luego de haber cumplido el primer gran objetivo, que era meterse entre los cuatro mejores equipos del mundo.