DEPORTES › DOS EMPATES CONSECUTIVOS EN CINCO DIAS
Ahora se le animan al campeón
Por P. V.
Dos empates en cinco días parecen haber servido la cuestión en bandeja: ¿Boca está jugando mal o son los rivales los que se animan, los que le perdieron el miedo, los que se atreven a plantearle al líder partidos de ida y vuelta? Del encuentro de anoche seguramente habrá tomado escrupulosa nota el entrenador de River, Leonardo Astrada, que en dos semanas pisará con su equipo el terreno en el que ayer Américo Gallego recibió pocos silbidos.
Lo de Estudiantes, el domingo, en La Plata, pareció un traspié, porque allí el empate dependió más de la impericia de Boca por quebrar el cerrojo defensivo local que de los méritos del conjunto platense. Pero lo de anoche fue distinto.
Bianchi lo juzgó de otra manera, achicando el pánico: “Contra Boca, los equipos se juegan el partido del campeonato”. Anoche, Newell’s planteó el partido en el medio, no atrás, jugando muy suelto, haciendo circular la pelota y, fundamentalmente, no mareándose en la dinámica que Boca propuso en el primer cuarto de hora. Sin perder la cabeza ni el ánimo, prefirió tratar bien la pelota a sacarle punta a las ventajas al filo del reglamento. Si se jugó el partido del campeonato, eligió valientemente la manera de hacerlo.
Tuvo audacia para espantar el fantasma boquense, y con ella encontró la manera de agrandar grietas en el patio trasero boquense, que terminó peleado con la pelota, desorientado, confuso y recriminado. Se sabe ahora por qué Newell’s es Deportivo Empate (8 en 14 partidos): con las situaciones que desperdició Julián Vásquez pudo haber ganado cómodamente el encuentro.
El Superclásico es, de todas formas, un partido aparte. Pero River sabe que hay una veta por trabajar, por explotar, en la Bombonera. El encuentro contra Independiente, de la semana próxima, y el gran choque del 14 de mayo servirán para dilucidar si éste fue, apenas, un desliz boquense o, para alegría de los observadores imparciales del fútbol argentino, significa una rajadura en la coraza del campeón.