DEPORTES
Temen la represalia
El entrenador de la selección brasileña, Carlos Alberto Parreira, manifestó ayer su temor por las repercusiones que el “caso Desábato” pueda tener el próximo 8 de junio, cuando su equipo se enfrente por las eliminatorias mundialistas a la Argentina, en el Monumental. El problema entre Desábato y Grafite “debería quedar entre San Pablo y Quilmes”, dijo Parreira, y puntualizó: “No me gustaría que fuera más allá del área deportiva. Brasil y Argentina son dos selecciones campeonas mundiales, no tienen nada que ver con un partido entre esos dos equipos”.
Por su parte, el ofendido Grafite, cuya denuncia originó la detención del defensor argentino, sostuvo que “esto tiene que ser un basta. Varios jugadores brasileños sufren prejuicios en el exterior”, y subrayó: “Los jugadores brasileños sufren con el racismo en Europa y eso tiene que cambiar”. En tanto que, por su parte, el presidente del San Pablo, Marcelo Gouveia, se sumó a la cruzada antirracismo. “Esto sirve de ejemplo para el mundo entero, aquí en Brasil no aceptamos ese tipo de conducta”, remarcó.