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Cuando la Federación Coreana le ofreció el puesto de seleccionador a Guus Hiddink, el holandés pidió plenos poderes para disponer de los jugadores,organizar amistosos e imponer su método de trabajo. En este Mundial se están viendo los resultados. A la velocidad de siempre de los coreanos, Hiddink le supo imprimir algo de su sello. Ahora Corea intenta jugar, más allá de que muchas veces no lo consiga. Pero la mejoría técnica de los jugadores es evidente, y la mejor prueba es el gol de Park ante Portugal, con pecho, sombrero y volea incluidos. Es cierto que mereció perder ante Italia, pero la búsqueda constante tuvo su premio. La condición de local también les da un plus de confianza.

Están las condiciones dadas para que de una vez por todas España rompa con su maleficio. Jugadores de nivel, un fixture accesible, varios cucos que se cayeron. Incluso se sobrepuso ante Irlanda a una situación que en otro momento hubiera significado la eliminación. Por todo ello parece que esta vez realmente puede ser para el conjunto de Camacho. Para sostener el favoritismo, España muestra el momento de gloria que vive el arquero Iker Casillas, la jerarquía de Raúl y el olfato goleador de Morientes. Claro que luego de pasar sin problemas la primera fase ante Irlanda expuso errores que no había exhibido. Por eso, la incógnita pasa por saber cómo responderá ante rivales más exigentes.