Cuando Maradona entró, salió el 5, Rubén Giacobetti, que a pesar de sus 20 años, había debutado en Primera cuatro meses antes y también buscaba consolidarse en el primer equipo. “Diego era un muchacho muy callado, hablaba con la pelota, en realidad”, recuerda Giacobetti, quien asegura que no había rivalidad por el puesto. “Claro que, como toda persona joven, yo quería jugar todo el partido. Haber salido en el primer tiempo no fue grato, pero lo de Diego se veía venir.” Según Giacobetti, Maradona ya “pintaba” en los entrenamientos. “La gente lo venía pidiendo –cuenta–. Como íbamos perdiendo, la idea fue hacer un equipo más ofensivo y justo me tocó salir a mí, a pesar de que no jugaba en el mismo puesto de Diego y, por lo tanto, no competíamos en ese sentido”, agregó Giacobetti, que hoy tiene 50 años y se dedica a la actividad inmobiliaria en Buenos Aires. “Es una casualidad histórica. Para mí es una satisfacción haber salido. Por supuesto en ese momento quería seguir jugando”, afirma el ex futbolista, que “no imaginaba que Maradona iba a ser lo que fue. Estábamos al lado de un monstruo, realmente, y nos dimos cuenta después”. Giacobetti siguió jugando en Argentinos hasta 1978, se fue a General Pico, después jugó en Rochester, Estados Unidos, y terminó en la Serie C de Italia, hasta que abandonó definitivamente el fútbol profesional en 1984, el año en que Maradona desembarcaba en el Napoli.