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Sin tiempos de rebeliones

 Por Diego Bonadeo

Al final de uno de los torneos ganados por Vélez en la década del ’90, cámaras, micrófonos, grabadores y libretas de apuntes se le acercaron al entonces técnico del campeón, Marcelo Bielsa, con las preguntas –muchas veces con respuestas inducidas– casi de rigor. Bielsa sintetizó lo que en fútbol en general se deja de lado, a favor del tacticismo y la tecnocracia: “Los artífices son los jugadores”. Claro, y esto lo agrega quien esto escribe, “para bien, para regular o para mal”.

Pero como el responsable del equipo nacional en el Mundial de 2002 jamás franeleó con los poderes, la frase quedó como una más, a diferencia de paparruchadas subsistentes, tales como “paso a paso”, “contragolpe ofensivo”, “explosión”, “ser protagonista”,“sacar un buen resultado”, “códigos de vestuario” y tantas estulticias idiomáticas más. En los últimos tiempos, por diferentes motivos, sea por interés, por protagonismo, por dinero o simplemente –o no tanto– por convicción, algunos de los “artífices” a los que refería Bielsa han intentado diversas rebeliones.

En España, recientemente, la de Samuel Eto’o en el Barcelona, al negarse a entrar para jugar unos pocos minutos. Hay otras rebeldías menos conocidas, pero en nuestro medio, las más resonantes tuvieron como protagonista al técnico del “paso a paso”, Reinaldo Merlo. Hace no demasiado tiempo en River, con Marcelo Gallardo en la vereda de enfrente del técnico. Y Merlo se fue. Al tiempo, Gallardo también.

Días atrás, otra vez Merlo, pero esta vez en Racing, con Francisco Maciel. Por ahora Merlo se quedó y Maciel, pese a un aparentemente tibio respaldo del plantel, quedó de lado. Está claro que el peso de Gallardo, por trayectoria, es muchísimo mayor que el del futbolista de Racing.

Tras demasiadas semanas más en el banco que en la cancha, Guillermo Barros Schelotto entró en el segundo tiempo en el partido que San Lorenzo le iba ganando a Boca 1-0 y que en definitiva ganó 3-0. Casi cualquiera que entienda algo de este juego tendrá en claro que si Guillermo no es titular “número puesto” en la primera de Boca, lesionado Palacio, su lugar es inexorablemente para el Mellizo. Pero parece que los “tomadores de precauciones” no lo entienden así, o bien por menesterosidad futbolera o para simplemente llamar la atención y desafiar a quienes entendemos que Guillermo debe tener un lugar.

¿Y si Barros Schelotto también se rebela?

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