El Gobierno y el grupo español Marsans se enfrentaron ayer en el plenario de las comisiones de Presupuesto y Transporte de Diputados. “Prácticamente, nos están echando. Llevamos cinco meses en el país y no nos dejan gestionar. Como los gremios no admiten que los españoles gerenciemos la empresa, tenemos que claudicar”, señaló ante los legisladores Eduardo Aranda, representante de Interinvest, quien apuntó toda la responsabilidad de su salida y de la crisis de Aerolíneas a la Asociación de Pilotos de Línea Aérea. Por su parte, Julio Alak, el designado gerente general de AA durante la transición de 60 días, defendió la posición del Ejecutivo y la decisión de que el Estado vuelva a recuperar su línea de bandera. “Creo que no se debería pagar nada por la compañía”, señaló Alak, tal cual lo había aseverado Ricardo Jaime, secretario de Transporte, la semana pasada.

Los representantes del Grupo Marsans, actuales dueños de Aerolíneas Argentinas, realizaron su descargo sobre la actual situación de la línea de bandera y Austral. Tanto Aranda como Vicente Muñoz, miembro del consejo de transición, acusaron a los gremios de pilotos por la crisis que viven actualmente ambas empresas. “Esto se debe al continuo hostigamiento de los gremios, lo que sumado a una mala política aerocomercial del gobierno argentino desembocó en la decisión de vender la compañía”, señaló Muñoz en reiteradas oportunidades. Ese fue su único eje argumental.

Cuando los legisladores tanto del oficialismo como de la oposición preguntaron por el estado patrimonial de AA, la situación de su último balance, la cantidad de aviones que tenía la empresa en 2001 y actualmente, el valor de la compañía y sus deudas o qué hicieron con los 750 millones de dólares que les dio el gobierno español en 2001, esos ejecutivos no ofrecieron respuestas.

Cuando se retiraron los españoles, fue el turno de Julio Alak, ex intendente de La Plata y actual gerente general de AA. “Desde julio, el gobierno nacional aportó a Aerolíneas 200,8 millones de pesos. Pudieron recuperarse así más de 30 naves. Creemos que en seis meses de gestión estatal, tendremos 50 naves volando, lo que podría aumentar la facturación mensual en un 30 por ciento y bajar el déficit operativo”, adelantó Alak (ver aparte).

En su defensa del proyecto de reestatización, el funcionario aseguró “que no habría que pagar nada por la empresa”, algo que no cayó muy bien entre los españoles. Sin embargo, asumió que la deuda sería “manejada” por la actual administración. “El pasivo de AA es manejable, una gran parte corresponde a deudas con el Estado y pasajes ya vendidos”, afirmó el ex intendente de La Plata, quien aseguró a su vez que el Estado es el único que puede hacerse cargo del funcionamiento de la compañía.

El grupo Marsans dejó en claro durante su exposición que “una compañía aérea no se valora por sus activos o pasivos, sino por el flujo de dinero que generará”. Dejaron bien en claro que “quieren cobrar lo que valga la empresa”, una vez que sea valuada por el tribunal de Tasación y la Auditoría General de la Nación. El Acta-Acuerdo fija que el sistema de valuación será por “descuento del flujo de fondos futuros”, es decir, por la ganancia que dará en un futuro, algo que es criticado por varios legisladores de la oposición.

–¿Qué pasará si el precio de venta se fija en un peso, tal como fue comprada por el grupo Marsans (por un euro) en 2001? –preguntó este diario a Muñoz.

–La empresa tiene un valor, y el Estado argentino se comprometió a pagar por ella. Espero que se cumpla con el acuerdo.

–¿Cuál cree que es el valor de la empresa? –repreguntó este diario.

–Yo no sé nada. Eso se determinará en una auditoría –señaló Muñoz.