Los grandes bancos que salvó de la debacle el gobierno de Estados Unidos están ganando plata de nuevo. Los rescatados JP Morgan, Citigroup, Bank of America y Goldman Sachs estuvieron anunciando beneficios positivos para los primeros meses del año. Esa señal impulsó al presidente norteamericano, Barack Obama, a reconocer que la crisis continuará profundizándose durante 2009 en términos de desempleo y ejecuciones hipotecarias, pero señaló que “se avistan signos de progreso” en la economía. Pese a la esperanza oficial, las ventas minoristas cayeron 9,4 por ciento en marzo en términos interanuales. En tanto, el Dow Jones perdió 1,7 por ciento y el Nasdaq el 1,7 por ciento.

“Los malos tiempos no han acabado, la gravedad de esta recesión causará más pérdidas de empleo, más ejecuciones hipotecarias y más dolor antes de que termine”, aseguró Obama. El mandatario se mostró de todos modos optimista y advirtió que las medidas lanzadas por su gobierno empiezan a mostrar signos de progreso económico, como el aumento de las refinanciaciones hipotecarias, cierta reactivación en el sector de préstamos para la compra de autos y para estudiantes. Según informó el Departamento de Comercio, las ventas de vehículos cayeron en términos interanuales un 23,5 por ciento en marzo. El titular de la Fed, Ben Bernanke, y el principal asesor económico de Obama, Lawrence Summers, acompañaron el moderado optimismo del presidente reconociendo la profundidad de la crisis, pero expresando toda su confianza en la capacidad del gobierno para superar la debacle.

Durante los tres primeros meses del año, las ventas minoristas acumulan un descenso del 8,8 por ciento respecto del mismo período en 2008. Los sectores más golpeados fueron muebles y electrónica, mientras que alimentos creció un 1,6 por ciento. Las ventas al por menor alcanzaron en marzo un volumen de 344.400 millones de dólares, una caída interanual del 9,4 por ciento. En términos intermensuales se registró un retroceso del 1,1 por ciento, finalizando una racha de dos meses consecutivos de subas y situándose muy por debajo de lo pronosticado por los analistas. Las consultoras privadas esperaban un incremento en el indicador que rondara entre 0,2 y 0,3 por ciento.

Antes de conocerse los datos y con un discurso vago, Bernanke sostuvo que se están observando “señales tentativas de que la fuerte caída de la actividad económica podría estar desacelerándose”. La receta del poderoso titular de la Fed para superar los problemas actuales está compuesta por la confianza en los “fuertes cimientos” de la economía norteamericana, sumada al combo “visión, paciencia y persistencia”.

Luego de reportar un beneficio neto de 1800 millones de dólares en el primer trimestre, Goldman Sachs, antiguo banco de inversión devenido en banco comercial, anunció la pérdida de 1020 millones de dólares en diciembre del año pasado. Además, la entidad informó que buscará ampliar su capital por 5 mil millones de dólares para reunir parte de los fondos necesarios para pagar el salvavidas de 10 mil millones otorgado por el gobierno. Con esta nueva información, las acciones de Goldman perdieron 11,6 por ciento y arrastraron al resto del sector: JP Morgan cayó 8,9 por ciento, Morgan Stanley retrocedió el 12 por ciento y Wells Fargo otro 7,1 por ciento. Por su parte, Obama apuntó contra el sector financiero y señaló que “es insostenible tener una economía donde el 40 por ciento de las ganancias corporativas provienen de un sector financiero basado en precios inflados de las viviendas y activos sobrevaluados”.