La política de regulación de las importaciones divide aguas entre el empresariado. En un evento organizado por la Fundación ProTejer, el titular de la entidad, Pedro Bergaglio, llamó a impedir “la arremetida mediática de los importadores sobre las licencias no automáticas”. “Las marcas importadoras engañan a la opinión pública”, agregó. Fue ante más de mil empresarios nacionales. Del encuentro participó Débora Giorgi, ministra de Producción, quien afirmó: “Este es un sector estratégico y centro de todas nuestras políticas”. Funcionarios y empresarios defendieron la política de control de importaciones.

La industria textil es un sector considerado “sensible”, ya que es mano de obra intensiva. Por ello, desde la cartera que encabeza Giorgi se aplica una serie de medidas que restringen las importaciones. El objetivo, según funcionarios y empresarios pyme, es defender la industria nacional frente a la competencia desleal, provocada por la entrada de productos a muy bajo precio por la presión que ejercen los excedentes comerciales. Bergaglio y una serie de empresarios pyme, que suelen acompañar la política de la cartera de Producción, entienden a las licencias como protectoras del trabajo nacional. En la otra vereda están las empresas con mayor poder de mercado, nucleadas en AEA y las cámaras importadoras.

Para Bergaglio, los instrumentos que el Gobierno está aplicando son, para el sector textil, “la diferencia entre sobrevivir y no sobrevivir”. Además llamó a impedir “la arremetida mediática de los importadores sobre las licencias no automáticas, que compran muy barato en Asia y venden muy caro al consumidor”. “Son nuestros asalariados los que constituyen su público consumidor”, afirmó. Según cifras de la entidad, “mientras que el promedio de importación de todos los orígenes excepto China es de 25,10 dólares por kilo, desde China el promedio es de tan sólo 13,40. Esto desplaza a la industria nacional y esa diferencia no se transfiere a los consumidores”. También llamó a los empresarios “a apostar, con más inversión, a la producción nacional”.

“Este es un sector estratégico y centro de todas nuestras políticas. Tiene 460 mil empleos y el 84 por ciento está concentrado en MiPymes”, destacó Giorgi. Según cifras de ProTejer, la cadena textil alcanza el 10,4 por ciento de los puestos de trabajo de la industria nacional. La ministra destacó el rol de las licencias no automáticas: “Las seguimos aplicando porque la producción está amenazada por un mundo sobreofertado”. En sintonía con varios funcionarios de primera línea, Giorgi resaltó la necesidad de crear un banco de desarrollo, fondeado con recursos de la Anses. También adelantó que “la semana próxima va a haber una licitación de fondos para proyectos de inversión y no menos de 200 millones –del cupo total de 1200– serán para las pymes”. Por su parte, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, remarcó al exponer en el evento que el “sostenimiento del consumo se refleja en la recaudación del IVA”. Sin embargo, además del nivel de consumo, en la recaudación de este tributo aparece la variación de precios, de la cual el sector textil no es ajeno.

Del encuentro también participaron Eduardo Bianchi, subsecretario de Política y Gestión Comercial, y el diputado nacional y titular de Cgera, Marcelo Fernández. Bianchi destacó que “las licencias no son una prohibición importable” y “se complementan con otras herramientas de largo plazo”. “Estas medidas dan previsibilidad al sector en un año en que se están tirando a la basura los remanentes de producción”, afirmó. Según las cifras que dio Bianchi, actualmente hay 360 productos con licencias que se aplican sobre 20 sectores. El diputado Fernández instó a los empresarios a “involucrarse en el diseño de las políticas de Estado”.