ECONOMíA › LA CRISIS GRIEGA Y EL CLIMA FINANCIERO

En estado de alerta

La situación de Grecia y la de otros países europeos –como Portugal y España– es seguida de cerca por los funcionarios argentinos que están en el Viejo Continente promocionando el canje de deuda. Cualquier cimbronazo en el país helénico podría modificar el “humor” de los mercados y perjudicar el valor de la oferta que ayer fue presentada en Italia por el ministro de Economía, Amado Boudou, y el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino (ver nota principal). El anuncio del rescate a Grecia, con un préstamo por 145.000 millones de dólares para el período 2010-2012, trajo algo de tranquilidad a la comitiva argentina. Sin embargo, la ayuda financiera es sólo la punta del iceberg, ya que ahora Grecia deberá encarar un fuerte programa de ajuste –rebaja de sueldos para empleados públicos, aumento de impuestos, reducción del gasto público– que ya genera reacciones sociales (ver página 19). Por fuera de este “plan de estabilidad”, Francia y Alemania solicitaron crear una agencia de calificación europea para abandonar las recomendaciones de las consultoras norteamericanas (Standard and Poor’s, Moody’s y Fitch).

“Hay que sacar las lecciones necesarias de esta crisis en dos direcciones. Por un lado, los mecanismos de regulación no están lo suficientemente desarrollados para poner freno a la especulación. Por otro lado, una de las tareas de nuestro gobierno será de-sarrollar herramientas de control que eviten burlar el Pacto de Estabilidad”, afirmó ayer Angela Merkel, canciller alemana, luego de conocerse el acuerdo de asistencia financiera, que deberá ser refrendado por los parlamentos de los países de la zona euro.

El Pacto de Estabilidad señalado por Merkel fue una de las exigencias tanto del FMI como de los dos socios más fuertes dentro de la Unión Europea, Francia y Alemania. En este sentido, Grecia deberá llevar su déficit público del actual 13,6 por ciento del PBI al 3 por ciento para 2014. Además tendrá que reducir su deuda pública en un 50 por ciento. Para ello deberá recortar salarios a los empleados públicos, dejar de pagar el aguinaldo y aumentar la edad de las jubilaciones.

“Si hubiéramos dado un cheque en blanco, como algunos querían, antes de que existiese un plan de ajuste, no habríamos tenido ninguna garantía por parte de Grecia para acatar el plan de estabilidad”, afirmó Guido Westerwelle, ministro de Exteriores y vicecanciller de Alemania.

La ayuda financiera hacia el país helénico es sólo una parte de la compleja situación que vive la Unión Europea. “Con esa decisión, el sistema bancario griego queda completamente restablecido y asegurado”, declaró Yorgos Papaconstantonu, ministro de Finanzas griego. La tranquilidad del funcionario es contraria al clima social que se vive en ese país, donde ya se anunciaron varias jornadas de huelga. Francia y Alemania están buscando avanzar en otro tipo de regulación para la UE. “Vamos a tener que actuar de forma más eficaz en caso de las derivaciones de la deuda, del déficit o de la competitividad o instaurar mecanismos de prevención y de alerta que permitan detectar antes si un país corre el riesgo de entrar en default”, aseveró la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde.

La situación estrictamente financiera de Grecia, como así también el clima social que se vive en el país helénico están íntimamente relacionados. Ambos aspectos de la misma situación son observados con detenimiento por los mercados de la zona euro y por el gobierno argentino.

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