La etapa formal de negociaciones entre la Argentina y el Club de París se inició ayer con un primer encuentro entre el ministro de Economía, Amado Boudou, y el titular del organismo, Ramón Fernández. Si bien la negociación comenzó hace varias semanas por carta entre el organismo y el gobierno nacional, la reunión de ayer abrió las puertas a los trabajos técnicos. “Hemos empezado con las reuniones técnicas y de trabajo para llegar a una solución que permita a los acreedores cobrar su deuda, pero que sirva también al país para continuar por el sendero de crecimiento con inclusión y reabrir inversiones”, señaló el titular del Palacio de Hacienda. La negociación constará de dos etapas, la primera servirá para definir, entre otras cosas, el monto que se reconocerá de la deuda, mientras que la segunda parte estará focalizada en las formas de pago. Más tarde Boudou se reunió con su par francés, Christine Lagarde, para analizar los temas que se debatirán en la próxima cumbre del G-20, que se realizará en París.

Fue una visita relámpago a la Ciudad Luz, con una duración de apenas dos horas, en las que el equipo económico concentró sus esfuerzos en llevar adelante los encuentros formales para dar el puntapié inicial a la negociación. Junto con Boudou viajaron el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, y el subsecretario de Financiamiento, Adrián Cosentino. “La actividad constó de dos reuniones, que buscamos concluir en un día, lo cual fue muy difícil de coordinar”, señaló Boudou. El primer encuentro fue con el titular del Club de París y varios de sus asesores.

La negociación con este núcleo acreedor constará de dos etapas bien diferenciadas, tanto por objetivos como por plazos de consecución. “La primera etapa es de conciliación”, explicó el ministro. Desde 2001 a la fecha el país no realizó pagos a los países del Club. “Por eso debemos conciliar como punto inicial el monto de la deuda a la fecha. No es una reestructuración típica, ya que casi el ciento por ciento de la deuda está vencida”, explicó Boudou. Según los cálculos oficiales, se contabiliza al 30 de septiembre de 2001 una deuda de 6050 millones de dólares. Sin embargo, los países acreedores sostienen que se les reconozcan los intereses impagos y punitorios desde esa fecha hasta ahora. En ese caso el monto llegaría a 8950 millones de dólares –al 30 de octubre último–, pero sobre este monto es que el equipo económico espera conseguir una quita de por lo menos mil millones.

Es una discusión difícil, pero desde Economía se muestran confiados en que no se extenderá mucho. “La conciliación tendría que finalizar a más tardar en la tercera semana de enero. Es eminentemente técnico, en el que se pondrán sobre la mesa los contratos firmados que habrá que evaluar”, señaló el ministro.

Finalizada esa etapa comienza una aún más difícil: coordinar la forma en que se pagará. De hecho, las previsiones, tanto del gobierno argentino como del propio Club es que no será antes de marzo o abril del año próximo. “Sólo se empezó a evaluar, pero hay disposición de ambas partes para avanzar rápido”, dijo Boudou. “Son deudas que se vienen arrastrando desde 1956, con tres rondas de negociación fracasadas, porque se acordaron cosas que el país incumplió”, agregó. En este caso, la decisión de dejar al Fondo Monetario afuera de la negociación implica un trabajo –según expresó Boudou– distinto de una reestructuración habitual. “Generalmente se presenta un plan y se espera que se apruebe, en este caso se trabaja conjuntamente en el diseño de la solución”, manifestó el ministro.

Es por esto que la segunda etapa se centrará en dirimir la negociación entre los seis años que propone la Argentina y los 18 meses que pretenden los acreedores. De todos modos, desde el Gobierno insistieron en que no aceptarán como variable de ajuste estirar los plazos a cambio del ingreso en la discusión del FMI. “Nos vamos muy conformes y con mucha expectativa de poder avanzar”, adelantó Boudou al término de la reunión con el titular del Club de París.

Francia será el país anfitrión de la próxima cumbre del Grupo de los 20, en el mes de abril de 2011. Boudou aprovechó su visita a París para entrevistarse con su par del gobierno galo, Christine Lagarde, con quien departió en torno de la agenda para dicho encuentro. “La agenda va a ser muy importante porque tiene que ver con la nueva arquitectura financiera internacional, con los flujos de capital, con cuestiones que permitan al mundo salir de la crisis internacional”, sostuvo el ministro. “Fue una reunión muy linda, muy buena y cordial. Ya nos conocemos del G-20 y de tantos viajes compartidos entre París y Corea del Sur, pues siempre hacemos escala aquí, donde ella sube con su equipo para ir a Asia”, confió. “En febrero comenzarán las reuniones del G-20 con una ronda de ministros y aquí estaré para reunirme nuevamente con mis pares”, señaló Boudou.

Manifestó que durante la reunión con Lagarde hubo “un diálogo de ida y vuelta sobre la economía mundial, sobre el sistema monetario internacional, sobre lo que pasa en Europa y América latina”. “Carecemos de la bola de cristal para saber qué pasara, pero creemos que si hay dificultad quedaría encapsulada en el sistema financiero”, dijo.

“Antes, cuando había un problema en México o Corea, repercutía en el mundo. Hoy la región, con Brasil y Argentina delante, no siente las consecuencias. Es la primera vez que América latina no siente los efectos de una crisis internacional que, inclusive, golpeó a Estados Unidos, y eso merece destacarse, ponderó el ministro de Economía argentino.