ECONOMíA › PROPONDRAN UN SISTEMA MIXTO
PARA SUSTITUIR AL REGIMEN DE CAPITALIZACION
Ruinas del Estado, beneficios de las AFJP
Lavagna sentenció la muerte del actual régimen y anticipó que la reforma deberá tender a un sistema mixto. La experiencia chilena no favorece a la capitalización.
El ministro Roberto Lavagna –y candidato a seguir siéndolo si Néstor Kirchner es presidente– sostuvo ayer, con respecto al sistema previsional, que “no se trata de volver al reparto, porque sería un retroceso, sino de ir a un sistema mixto”, luego de caracterizar al régimen de las AFJP como “el corazón mismo de la crisis” del sector público de la última década y como “el producto de una reforma apresurada, sin tomar en cuenta las consecuencias ruinosas para el Estado, pero que le permitió hacer buenos negocios a unos pocos”. Fue al cierre de una reunión académica, en un panel que compartió con Guido Mantega, de Brasil, y Nicolás Eyzaguirre, ministro de Hacienda de Chile, luego de que éste marcara sus reservas sobre el “éxito” de la reforma previsional trasandina. “Tiene luces y sombras”, se atajó, y entre las “sombras” refirió que “una parte importante de la población no va a poder tener una pensión digna cuando se retire”.
En la entrevista publicada el sábado por Página/12, Lavagna se había referido al sistema de jubilaciones y pensiones señalando que “tal como está, es obviamente inviable”, sin querer dar más detalles sobre los aspectos a reformar. Ayer se explayó no tanto sobre los cambios a futuro –apenas hizo referencia a la característica “mixta” a la que debería apuntar el régimen– sino sobre el origen de la actual inviabilidad. Parafraseando a Eyzaguirre, apuntó que “en el caso nuestro, el sistema tiene más sombras que luces: nadie previó la transición, ni el costo para el Estado (por perder los aportes) que terminó desfinanciado, endeudándose mientras el sector privado financiero (que se apropió de las AFJP) hizo negocios de muy fácil beneficio, sin esforzarse, prestándole plata al Estado”.
Lavagna sostuvo que “el sistema de las AFJP está en el corazón mismo de la crisis”, por su incidencia sobre el desfinanciamiento del sector público, “y no las provincias, como se pretendió mostrar”. Indicó que el déficit conjunto de las provincias “nunca pasó del 25 por ciento del déficit consolidado del sector público” y, en cambio, la pérdida de recaudación de aportes previsionales que pasó a manos del sector privado representó más de un 35 por ciento de ese mismo déficit. Además del cambio en las condiciones de cautividad que hoy tienen los trabajadores frente al régimen de las AFJP, Lavagna propuso revisar los mecanismos de colocación de fondos de dichas administradoras, que “en un 80 por ciento está en títulos públicos”.
Refiriéndose a este punto, Eyzaguirre también había criticado que las administradoras de fondos de pensión –AFP, en Chile– privilegiaran la colocación en deuda pública para no correr riesgos. “El Estado debería estar haciéndose un ahorro fiscal para garantizar en el futuro fondos genuinos para los que aportan al sistema de reparto, y en vez de esto se endeuda y las AFP se llenan de títulos públicos: entonces, esto de la privatización del sistema previsional resulta que no es más que una gran mascarada (farsa) social”.
Tras destacar que el sistema de AFP le había provisto a Chile un mercado de capitales fuerte, que mostró “fluidez cuando faltó capital internacional”, advirtió que el régimen no alcanzó la universalidad prevista. “Una parte importante de la población no va a poder tener una pensión digna”, apuntó Eyzaguirre. El miembro del gabinete de Ricardo Lagos recomendó analizar los regímenes previsionales “sin ideologizarlos, con desapasionamiento, considerando las luces y las sombras, pero teniendo en cuenta que el régimen de AFP no es la bala de plata del desarrollo”.
El régimen previsional no fue el único tema polémico que abordó Lavagna ayer durante su intervención en el seminario “La Argentina en la Economía Global”, organizado por la Fundación Cenit, la Universidad de San Andrés y Flacso. Cuestionó a los ex funcionarios que aprovecharon las épocas de abundancia de capitales internacionales “para financiar fantasías económicas como la convertibilidad, únicamente sustentable con una capacidad de endeudamiento casi infinita”. Y acusó puntualmente a quienescolocaron deuda en el exterior “irresponsablemente”, reclamando “algún código de conducta aplicable a quienes colocaron deuda entre tomadores no tan bien informados”. Desde la platea lo escuchaba incómodo, con cara de fastidio, Julio Dreizzen, ex subsecretario de Financiamiento en el gobierno de la Alianza, y como tal uno de los responsables (junto a Daniel Marx) de la colocación de deuda en los períodos ministeriales de José Luis Machinea y Domingo Cavallo. Al finalizar la alocución del ministro, fue de los pocos que no aplaudió. Y se retiró sin hacer comentarios.